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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

UN MITO CONVERTIDO EN TÓPICO: LOS SUICIDIOS EN EL… 231 Los políticos críticos con el Ejército, argumentaban que este, desde el comienzo de la Restauración estaba resultando costoso, intervenía mucho en política y, sin embargo, en su función específica –la guerra–, había fracasado estrepitosamente. Dentro del propio Ejército también había división. Las reivindica-ciones de las juntas militares –principalmente que se mantuviese la es-cala cerrada para los ascensos– habían calado hondo, creando un am-biente de enfrentamiento entre defensores y detractores de esa política. Hasta septiembre de 1923 –momento en que Primo de Rivera tomó el poder– se sucedieron en España cuatro gobiernos que hicieron de las responsabilidades el eje de sus políticas… y de las crisis que los hicieron caer. Los tres primeros estuvieron presididos por conservadores: Allen-desalazar, Maura y Sánchez Guerra, y desde diciembre de 1922 gober-naron los liberales con García Prieto. Las responsabilidades en el Ejército: junteros y africanistas, el informe Picasso, la actuación del Consejo Supremo de Guerra y Marina (agosto de 1921-diciembre de 1922) Al igual que la vida política, la vida militar giró durante esos años alrededor de las responsabilidades de Annual. Las actitudes sobre lo que sucedió, sobre sus causas y los remedios que había que haber puesto eran variadas… y difíciles de conciliar. Las pugnas y enfrentamientos entre jefes y oficiales fueron constantes a lo largo de ese tiempo. El general Picasso fue el encargado de investigar las causas del desas-tre. En agosto de 1921 se trasladó a Melilla para interrogar a los oficiales que habían intervenido, y regresó a Madrid el 23 de enero de 1922 con abundante documentación. El 18 de abril entregó al Consejo Supremo de Marina y Guerra el expediente y un resumen final elaborado por él mismo. En paralelo al expediente que elaboraba Picasso se pusieron en mar-cha en Melilla los mecanismos jurisdiccionales propios del Ejército: Consejos de Guerra que averiguasen y dictaminasen sobre la actuación de los jefes y oficiales en aquellos días. Hay que añadir que las comisiones informativas (nombre que habían tomado las juntas militares) desempeñaron un papel determinante en el desenvolvimiento de ambos procedimientos. Habían nacido hacía pocos años, en 1917, para poner fin al favoritismo en los ascensos y recompen-sas militares. Poco a poco fue creciendo su presencia en el Ejército y su poder ante los distintos Gobiernos y ante el rey.


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