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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

UN MITO CONVERTIDO EN TÓPICO: LOS SUICIDIOS EN EL… 237 militar a los ataques que comenzó a lanzar Abd el-Krim sobre las posi-ciones avanzadas. Desde el 11 de abril, Tizzi Assa y las posiciones inmediatas de Tizzi Alma, Benitez y Viernes comenzaron a ser hostilizadas, recrudeciéndose las agresiones a lo largo del mes de mayo. Era evidente que había que reforzar toda la línea avanzada, en especial la del saliente de Tizzi Assa. El 14 de mayo, Silvela, el alto comisario, solicitó al Gobierno la aprobación de un plan de operaciones que se consideraban indispensa-bles para contener las constantes acometidas rifeñas. La respuesta llegó el 31, después de que hubiesen tenido lugar los combates más violentos. La lentitud suicida con que el Gobierno respondió a la petición del alto comisario fue consecuencia de la agudización de los problemas que el mismo Gobierno había sido incapaz de solucionar durante los meses anteriores. En primer lugar, las desavenencias entre el ministro de Estado y el ministro de la Guerra. Habían sido constantes desde que comenzaron sus tareas de gobierno en diciembre. Los malentendidos, celotipias y falta de comunicación entre Alba (Estado) y Alcalá Zamora (Gue-rra) llegaron a su punto culminante el 25 de mayo con la dimisión de Alcalá Zamora. La gota que derramó el vaso fue que se le hubiesen ocultado al ministro de la Guerra las últimas negociaciones con Abd el-Krim. Las había dirigido el ministro de Estado a solas y desde el 14 de mayo se sabía que se habían roto y que la harca tenía previsto atacar la línea de Tizzi Assa. Sin embargo no se le dijo nada al mi-nistro de la Guerra hasta el consejo de ministros del 19 de mayo. Su reacción fue tensa y rechazó todas las propuestas que se le hicieron en esa reunión, entre ellas, una propuesta del alto comisario sobre negociaciones con Raisuni. El alto comisario, por su parte, ante la actitud de Alcalá Zamora, amenazó con su dimisión y la de Castro Girona. Culminaba así una trayectoria de desencuentros entre los po-líticos que llevaban las riendas de la política africana; justo cuando era seguro un ataque inminente de Abd el Krim, de las mismas carac-terísticas y probablemente de más intensidad que el que había llevado a cabo en Annual. Por otra parte, la campaña para las elecciones del 29 de abril ha-bía estado presidida por el tema de las “responsabilidades”, y dos días después de terminadas, algunas de las manifestaciones del Primero de Mayo tuvieron como consigna “protestar contra la guerra de Marruecos y reclamar que se hagan efectivas todas las responsabilidades militares y civiles”.


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