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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

LORIGAS Y BÁCULOS: LA INTERVENCIÓN MILITAR… 41 mingo de Ramos entraron en la ciudad nobles, prelados y demás gentes “con muy grand procesión, et con los ramos en las manos en aquella cibdat de Algecira, et dixiéronle la misa en la mezquita mayor, a que el rey puso nombre Santa María de la Palma”61. La conquista de Algeci-ras costó la vida a muchos grandes del reino y, entre ellos, al arzobispo don Martino de Santiago62. Entonces se acordó una tregua de diez años con Granada y Fez, comprometiéndose Yusuf I a pagar 12.000 doblas anuales. Con la toma de Algeciras a Alfonso XI solo le quedaba conquistar Gibraltar para completar su empresa, por lo que le puso cerco en 1350. Pero de todos es conocido cómo la peste negra, que venía haciendo es-tragos en Europa desde 1348, prendió también en las tropas del Real, cobrándose entre otras la vida del monarca castellano e impidiendo que Gibraltar pasara a manos castellanas hasta 1462. Sin embargo, la deca-dencia meriní y la escasa capacidad de los musulmanes para organizar un ejército que atravesara el Estrecho, entre otros factores, posibilitaron la estabilidad de la frontera durante un siglo y un largo período de paz hasta 140663. Tras este resumen de los acontecimientos bélicos que se sucedieron a lo largo de la última década del reinado de Alfonso XI es hora ya de preguntarse sobre la identidad, y más aún sobre la personalidad, de cada uno de los prelados que acompañaron al rey durante el desarrollo de los mismos. No se trata de elaborar una biografía, ni siquiera sucinta, de estos obispos, pero sí de resaltar algunas de sus circunstancias perso-nales y actividades de carácter eclesiástico o político, ya que considero que fueron estas las que influyeron, en mayor o menor medida según el caso, en sus respectivas decisiones a la hora de acudir o no al campo de batalla y de empuñar las armas. El primero que ha de ser mencionado es el obispo abulense don Sancho Blázquez Dávila, quien tuvo un epis- 61  Ibídem, cap. cccxxxvi, p. 390. 62  Crónica de Pedro I, cap. i, p. 404. 63  M. A. Ladero subrayó la existencia de varios hechos confluyentes desde 1350 que provocaron cambios sustanciales en la situación en torno al Estrecho. Dos de ellos derivaron de la victoria castellana de 1344: el retraimiento aragonés del área granadina y el predominio mercantil de los genoveses. A ellos hay que unir el de los efectos que conllevó la extensión de las epidemias de peste desde 1350 y las fuertes luchas internas que se dieron en Castilla y Granada en la década de los sesenta, en “La guerra del Estrecho”, p. 286. Sobre el último ayuntamiento o Cortes parciales que realizó Alfonso XI, así como sobre los temas que se trataron en él, vid. ARRANZ GUZMÁN, A.: “Un ayuntamiento en Gibraltar a media-dos del siglos xiv”, en Ciencias humanas y sociedad: la fundación Oriol-Urquijo (1953-1993), Madrid, 1993, pp. 147-154.


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