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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

LORIGAS Y BÁCULOS: LA INTERVENCIÓN MILITAR… 47 sede de Orense en 1343, regresando así a la ciudad de sus orígenes. Es de sobra conocido hasta qué punto los numerosos gastos a los que debía hacer frente el Papado de Aviñón habían impulsado un tipo de política beneficial, en donde la reserva pontificia ocupaba un papel estrella. No obstante, todo hace sospechar que debió ser Alfonso XI quien medió en esta promoción o, mejor dicho, traslado de su fiel colaborador militar. Sin duda, don Álvaro deseaba ser titular de Orense, quizá por motivos familiares y sentimentales, quizá también porque una parte de sus in-gresos se hallaban en otro lugar y en otros menesteres, ya que de otra forma no se explica que fuera trasladado a un obispado con una renta ligeramente inferior a la que disfrutaba siendo obispo de Mondoñedo. En cualquier caso, su paso por la diócesis auriense no repercutió de ma-nera significativa, ya que don Álvaro estaba más hecho para la milicia que para la oración, la cura de almas o la organización diocesana. La presencia del obispo de Astorga don Pedro Alfonso en los prepa-rativos y desarrollo de la batalla del río Salado está recogida en varias fuentes, como la Crónica de Alfonso XI, la Gran Crónica y la crónica portuguesa de Alfonso IV. Don Pedro había sido canónigo de Lisboa en 1328 y obispo de Silves en 1333. Emparentado con la nobleza portugue-sa, era sobrino también del arzobispo de Braga don Gonzalo Pereira82. El prelado había sido elegido en su día para acompañar a Castilla a la hija del rey portugués Alfonso IV, doña María, para contraer matri-monio con Alfonso XI. Contaba con una amplia formación intelectual: se había graduado en cánones en la universidad salmantina y brillaba, además, como predicador, tanto en castellano como en portugués. Su primera aparición en relación con los acontecimientos analizados fue con ocasión de la reunión mantenida por el monarca en León para re-caudar la alcabala. La segunda, y más importante, corresponde a su papel de acompañante de la reina doña María cuando Alfonso XI le pidió que solicitara ayuda a su padre Alfonso IV para unir sus fuerzas frente al soberano norteafricano. Por último, el Poema nos habla de la participación del prelado en la batalla del Salado: “…e don Pero Alfon-so otrotal/ con Astorga su obispado,/ una tierra que mucho val./ Obispo de buena manera,/ muy acabado varón/ del linaje de Perera/ donde los 82  Algunos datos biográficos del obispo de Astorga en: RODRÍGUEZ LÓPEZ, P.: Episcopologio asturicense, Astorga, 1906-1910, vol. ii, pp. 324-327; Biblioteca Nacional de Lisboa, Sec. Reservados, DE CUNHA, R.: Catálogo e história dos bispos do Porto, Porto, 1623, pp. 150-187.


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