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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 112

48 ANA ARRANZ GUZMÁN infançones son”83. Existen dudas sobre su traslado a Oporto, las fechas que se barajan oscilan entre 1342 y 1344. No obstante, el enfrentamien-to  que sostuvo con el concejo de Oporto data de 1343, lo que demuestra que al menos ya estaba allí en este año. Las causas de su promoción se desconocen, aunque se ha valorado la posibilidad de que el regreso a Portugal estuviera relacionado con un posible temor a los partidarios de Leonor de Guzmán, quienes deseaban aislar cada vez más a la reina doña María. El regreso a su patria, sin embargo, no estuvo exento de problemas, a causa del enfrentamiento mencionado con los de Oporto y también con el propio monarca luso84. Al decidir Alfonso XI cercar Algeciras, la Crónica relata cómo esta-ban junto a él el arzobispo de Toledo y el obispo de Cádiz como únicos acompañantes eclesiásticos en el inicio del cerco: “…salió de Xerez este Rey Don Alfonso para ir cercar la ciubdat de Algecira: et fueron con él Don Gil, Arzobispo de Toledo, et Don Bartolomé, obispo de Cádiz…”, junto con miembros de la nobleza, de las órdenes militares y de los con-cejos85. El obispo gaditano era fray Bartolomé, quien gobernó la diócesis entre 1329 y 1349, fecha de su muerte. Precisamente, al tomarse la ciu-dad  de Algeciras durante su pontificado, fue él quien recibió el efímero título de obispo de Cádiz y Algeciras. Alfonso XI, tras conquistar la ciudad en 1344, consideró necesario para asegurar su mantenimiento y repoblación solicitar al papa Clemente VI la creación de una nueva dió-cesis, enviando de embajador con su propuesta a don García Fernández de Borneo. El pontífice, sin embargo, decidió darle doble cabeza o cate-dral, Cádiz-Algeciras, como ya se había hecho en el caso de Baeza-Jaén, y nombrar a fray Bartolomé su primer titular, así como ordenar que en las futuras designaciones de obispos intervinieran a la par los dos cabil-dos. La nueva sede quedaba sometida, por supuesto, a la metrópoli de Sevilla. El prelado gaditano no era gustoso, pero se sometió a la decisión papal, pasando a residir en Algeciras86. Es muy poco lo que se conoce de 83  Crónica de Alfonso XI, cap. cclii, p. 357; Gran Crónica de Alfonso XI, ed. De D. Catalán, 2 vols. Madrid, 1977, vol. ii, p. 412; DE PINA, R.: Chronica de el Rey dom Afonso o quarto, Porto, 1977, pp. 402-413; Poema, p. 369. 84  Sobre este tema véase: CUNHA, M. C. y SILVA, M. J.: “O clero da diocese do Porto na Europa Medieval”, en A Igreja e o clero portugués no contexto europeu, Centro de Estudos de História Religiosa. Universidade Católica Portuguesa, Lis-boa, 2005. 85  Cap. cclxix, p. 343. 86  La situación se mantuvo hasta 1369 cuando Muhammad de Granada tomó de nuevo la ciudad, teniendo que huir el obispo de entonces, don Gonzalo González.


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