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REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

LOS CRUCEROS AUXILIARES ALEMANES Y LA GUERRA DEL CORSO DURANTE LA GRAN GUERRA A modo de introducción Francisco FONT BETANZOS Doctor en Náutica y Transporte Marítimo L inicio de la Gran Guerra, Inglaterra, a pesar de conformar un gran imperio, dependía en exceso de las importaciones de ultramar. El carbón y una parte del material de hierro constituían las únicas materias primas disponibles en las islas; los restantes productos industriales y la mayor parte de los víveres de consumo llegaban a través de su Marina Mercante. Esa situación de dependencia había fomentado en el pueblo inglés el afán por disponer de una flota mercante moderna y competitiva, pretensión que vieron satisfecha al disponer en 1914 de 21.500.000 toneladas de registro, la mayor parte en buques cargueros. Alemania, a pesar de ocupar el segundo puesto en el ranking de las flotas mercantes mundiales, solo disponía de algo más de 5.000.000 toneladas, seguida de los Estados Unidos, Francia, Japón, Rusia... Desde el inicio del conflicto bélico se evidenció la superioridad de la Royal Navy en el dominio del mar. Sin embargo, ni las fuerzas de los imperios centrales ni las de la Triple Entente se esforzaron por medir voluntariamente sus fuerzas en mar abierto. Los alemanes utilizaron en la contienda las armas más solapadas de las que podían disponer en ese campo, como eran los submarinos y los buques corsarios, que inutilizaron millones de toneladas de buques aliados y neutrales cooperantes, dificultando el abastecimiento de material bélico y materias primas esenciales. Los británicos se esforzaban, gracias a su supremacía logística, en asfixiar a las fuerzas alemanas tratando de impedirles ampliar su radio de acción, con el fin de minimizar los daños que ocasionaban los cruceros auxiliares en sus unidades. El error táctico del 2014 315


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