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REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... Tales efectos se dejaron sentir en España en la medida correspondiente a nuestra especial situación, aunque los estragos de la guerra submarina no le afectaron tan directamente como a Holanda y los países escandinavos, más próximos a las bases navales de los beligerantes marítimos. La construcción naval adquirió un mayor desarrollo, el personal marítimo también se vio favorecido con mayores salarios y los navieros hicieron buenos negocios, impensables en los primeros meses de la guerra, cuando su característica principal era la incertidumbre, y no pocos armadores habían amarrado los barcos para evitar males mayores. Los tráficos y sus dificultades. Una estadística preocupante Para seguir el proceso de dificultades y regresiones sufridas por los buques mercantes españoles durante todo el periodo conflictivo, se hace indispensable acudir a la estadística. La lista oficial de buques publicadas por el Ministerio de Marina contabilizaba, el 1 de enero de 1914, 628 vapores con 844.327 t y 236 veleros con 32.070, lo que hacía un total de 877.297 t. Pero en la misma fecha un año más tarde, los vapores eran 640, con 875.609 t y un tonelaje total de 904.727. Sin embargo, el 1 de enero de 1916 ya se advierte una disminución de hasta 603 vapores registrados, con 816.797 t, y 240 veleros —estos salen mejor parados del conflicto— con 31.101 t. En total, 847.898 toneladas. En 1917 —año tumultuoso en la vida política española— no se publicó la lista oficial, aunque ya se habían producido pérdidas de mercantes por la acción bélica, y la correspondiente a 1818 introdujo notables modificaciones, como las de anotar el año de construcción de los buques y suprimir todos los menores de cien toneladas, lo que trajo como consecuencia la desaparición de un buen número de veleros. Según dicha lista, la Marina Mercante española para dicho año contaba con 495 vapores con 749.546 t y 85 veleros con 31.209 y un total general de 780.755 t, por lo que con un cálculo grosso modo del pequeño tonelaje válido excluido puede estimarse el total del tonelaje en unas 800.000 aproximadamente. De los buques inscritos en la lista oficial de 1918, hay que descontar como desaparecidos 49; de ellos, 34 destruidos por submarinos alemanes y el resto debido a accidentes ordinarios de navegación. En este año la primera compañía naviera española, por tonelaje y clase de sus buques, seguía siendo la Trasatlántica, con 23 vapores en servicio y un total de 105.000 t de arqueo bruto. La guerra sin embargo le hizo mella, con la pérdida de los vapores Carlos de Eizaguirre, por el choque con una mina en el cabo de Buena Esperanza; Fernando Poo, que encalló y tuvo que ser reflotado, y el Alfonso XII, aunque este naufragó en el puerto de Santander. A la Trasatlántica seguía en importancia la Trasmediterránea, nacida de la fusión de varias empresas, con 2014 343


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