Page 82

REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... cuyo primer lord era Beatty, que también en este cargo había sucedido a Jellicoe. Y después de Harper, otro vicealmirante británico, Sir Reginald Bacon, dedica su discutido libro El escándalo de Jutlandia «A la justicia y a la verdad», las dos diosas abandonadas que hoy no se veneran ya más que en un oscuro rincón del Panteón británico. La verdad se refería en este caso a la clara y comprobada relación de hechos de la campaña naval dirigida por Jellicoe, a la vez que lanza una violenta diatriba contra Beatty: compara la hoja de servicios de este con la de aquel, resultando el balance muy favorable a este último en cuanto a los cargos y mandos ejercidos en la Royal Navy. Y en cuanto a la justicia, se refiere al tributo de gratitud y reconocimiento que merecía Jellicoe de sus compatriotas y de la causa aliada en general por su sabio proceder en la preparación y desarrollo de la gran batalla de Jutlandia. Las dos mentalidades, la prudencia en Jellicoe y la impulsiva de Beatty, están, y estarán siempre, presentes en los procesos de decisión de todo mando en la mar. En la acometividad del impulsivo puede radicar la clave del golpe audaz que conduzca a la victoria o al desastre. En la reserva del prudente suele anidar el dilema de evitar una derrota o la pérdida de una ocasión única que desemboque en la victoria. Jellicoe acarreó con el inconveniente de la mentalidad tradicional de la Armada británica, que en Jutlandia estaba representada por Beatty, y los ingleses vieron en él el venerado espíritu de Nelson. Sin embargo, Beatty no tenía sobre sus espaldas las graves responsabilidades de su jefe, el único que podía perder la guerra en una sola tarde; ni Inglaterra, como en tiempos de Nelson, otra escuadra disponible en el caso de que la Grand Fleet fuese derrotada. En Jutlandia, Jellicoe pudo o no destruir la Flota de Alta Mar del káiser Guillermo II, pero lo cierto es que esta permaneció encerrada en sus bases y no volvió a operar en la mar y que sus acorazados fueron hundidos por sus propias dotaciones en la bahía de Scapa Flow. 2014 281


REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014
To see the actual publication please follow the link above