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REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... Beatty supo captar la confianza y simpatía del entonces primer lord del Almirantazgo, Winston Churchill, quien en su obra sobre la Gran Guerra, La crisis mundial, al ensalzar la personalidad de Beatty justificando la confianza que depositó en él, sin querer realza los defectos que sus detractores le atribuyen: escasa formación como jefe, poco entrenado como almirante, más curtido en la guerra terrestre y demasiado favorecido por su fortuna y las amistades en su rápida carrera. También comenta que a Beatty se le había ofrecido un mando de contralmirante en la escuadra del Átlantico y que lo rehusó, decisión grave y sin precedentes en la Marina británica. Pero semejantes antecedentes no hicieron mella en el ánimo de Churchill, que le nombró su secretario naval y durante 15 meses trabajaron juntos. Al quedar vacante el mando de la escuadra de cruceros de batalla, en 1913, le nombró para este cargo de tanta importancia y responsabilidad. También en su citado libro, Churchill escribe: «Cuando fui a visitar a Beatty a bordo del Crucero Lion, que aún tenía frescas las heridas recibidas en Dogger Bank, oí de los oficiales de la escuadra la expresión de su entusiasmo por su almirante. Recuerdo que el almirante Pakemham, tan imperturbable de ordinario, me asió por la manga diciéndome: “Primer lord, os hablo confidencialmente, Nelson ha resucitado en Beatty, palabras que jamás se apartaron de mi memoria”». Por otra parte, el vicealmirante Harper, en su célebre y polémico libro La verdad sobre la Batalla de Jutlandia, comparando esta con un match entre dos púgiles, dice: «Debemos reconocer francamente que el primer round fue favorable al enemigo». Y añade: «Es un hecho indiscutible que en esta fase de la batalla, en la lucha de los cruceros de combate, una escuadra británica muy superior en número y en poder artillero, no consiguió batir a un adversario inferior que no había hecho ningún esfuerzo para eludir el combate, y este adversario infringió a Beatty lo que no puede recibir más que un nombre: una derrota parcial». Como ya hemos visto, seis cruceros de batalla ingleses contra cinco alemanes tomaron parte en esta primera fase de la batalla, y aquellos montaban artillería de superior calibre a la de estos. Y el resultado de la cruenta acción fue que el tiro certero de los germanos destruyó en pocos minutos a los ingleses Queen Mary e Indefatigable, que se hundieron con casi toda la tripulación, cerca de 2.000 hombres, quedando gravemente averiados con numerosas bajas otros buques de Beatty, entre ellos el Lion. Poco después se hundió otro buque de la misma clase, el Invencible. De la escuadra de Hipper, solo fue alcanzado su buque insignia, el Lutzow, que fue hundido posteriormente por su dotación, siendo el único de los cinco cruceros de batalla germanos que fue echado a pique. Harper, en su libro citado, se lanza a fondo defendiendo enérgicamente la actuacion de Jellicoe en Jutlandia y combate acremente la de Beatty. Su obra la acabó de escribir en 1919, pero hasta 1927 no pudo salir la primera edición por las dificultades que le pusieron en los círculos próximos al Almirantazgo, 280 Agosto-septiembre


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