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bien la necesidad de encontrar una estabilidad para mis hijos. No obstante, lo que sí puedo decir ahora es que cuando la vocación nace día a día y por amor a lo que haces, puede ser mucho más fuerte que ninguna, y así es como yo lo vivo hoy en día: no entendería mi vida dedicándome a algo distinto de lo que hago; sobre todo, porque soy una de esas privilegiadas a las que su trabajo le hace feliz. P.—Y después de los años transcurridos ¿cree que mereció la pena dar ese paso al frente? R.—Absolutamente sí. Ya en la Escuela Naval Militar aprendí que, desde que dices que no puedes más (tanto física como psicológicamente) hasta que realmente te caes al suelo, hay un abismo enorme; y eso ha significado para mí, una lección de vida que me ha ayudado en los momentos duros. Por otra parte, la vida militar me ha dado la oportunidad de vivir experiencias únicas, tanto personal como profesionalmente. Siempre suelo decir que, con aquellas personas con las que he estado navegando tengo un lazo especial porque, el compartir tantos días, tantas horas, tantas dificultades y tantas satisfacciones, une muchísimo y donde quiera que me los encuentro por el mundo, siempre siento esa unión. P.—En la actualidad ¿cuál es su cometido concreto? R.—Pertenezco al Cuerpo de Intendencia de la Armada siendo especialista en Aprovisionamiento y Transportes  y, actualmente, mi cometido está relacionado con la elaboración y definición de los Repuestos y Pertrechos de cargo en la Unidades de la Armada así como la dirección de los Planes de Aprovisionamiento de los Programas de nuevas construcciones. No obstante, en mi especialidad es muy importante no olvidar nunca que nuestra prioridad debe ser siempre la eficacia de la Fuerza Naval. P.—¿Y cuál diría que ha sido el momento más emotivo que ha vivido en todos estos años? R.—Sin duda el día de mi Jura de Bandera. Además, tuve un privilegio que no es muy común debido a que ingresé con casi treinta años en la Armada, mis tres hijos estaban allí y mi hijo mayor, cuando acabó el acto, se acercó y me dijo: «Mamá eres la mejor».  La verdad es que la Escuela Naval Militar no es un paseo y, cuando llega ese día, es como si todo el esfuerzo durante tu formación militar se viera recompensado por el honor de poder ofrecerte a tu Bandera y a tu Patria. Al fin y al cabo, mi Patria es la tierra que piso, mi familia, mis amigos y todos los que viven en ella y es un privilegio que confíen en ti para defenderlos. P.—Puestos a soñar, ¿cómo le gustaría terminar su carrera militar? R.—Como la empecé, con la ambición de hacer bien mi trabajo cada día. Puede sonar a tópico, pero realmente cuando alguien me recuerda por algo que hice bien, es mi mayor satisfacción. El haber entrado en la Armada con una cierta edad, me da la certeza de saber que probablemente no me dará tiempo de llegar ni a Coronel, pero también me ha dado una perspectiva de mi carrera mucho más amplia que la que hubiera tenido si hubiera enfocado mi carrera exclusivamente en llegar a la cumbre. P.—El número de mujeres en las FFAA parece que se ha estabilizado en el 12-13% ¿cree que se ha llegado al tope? R.—Eso nunca. Hemos recorrido un largo camino pero también es cierto que los hombres nos llevan muchos años de ventaja, así que seguro que ese porcentaje aumentará. No obstante, me parece que, mucho mejor que hablar de número de mujeres, es hablar de número de mujeres que tienen la oportunidad de ingresar en las Fuerzas Armadas. Se trata de que todas tengamos esa opción, como actualmente ocurre en España, y, si encima la elegimos, mejor que mejor. P.—Sabemos que recientemente asistió a un curso para formación sobre Género en Misiones Internacionales ¿qué nos puede contar sobre ello y cuál es su impresión general sobre iniciativas de este tipo? R.—En efecto, así es. Fue en el mes de noviembre y tuvo lugar en Amsterdam. El curso era «A Comprehensive Approach to Gender in Operations», fruto de la Iniciativa bilateral Hispano-Holandesa sobre Capacitación de Género en Operaciones (Iniciativa que fue galardonada este año con el premio «Idoia Rodríguez»). Esta iniciativa fomenta el compromiso por ambos países para la puesta en marcha de las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 1325 y siguientes, sobre mujeres, paz y seguridad. Durante el curso se abordó la dirección que sigue la doctrina 60 BIP La comandante con algunos de los participantes en el curso en el Centro de Adiestramiento para Operaciones de Paz en Nairobi.


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