Page 71

AEROPLANO 29

Una vez establecida la Unidad en Melilla, dieron comienzo sus ascensiones el 3 de agosto, que la realizó el “Urano”, desde el campamento del Hipódromo y en ellas los observadores confeccionaron planos, croquis e hicieron fotografías del campo propio y del enemigo a la vez que dirigían el tiro de la artillería. En muchas ocasiones sus servicios fueron de gran importancia para el desarrollo de las operaciones, como ocurrió el 17 de octubre en que gracias a la observación aeroestera se pudo proteger la retirada de varias unidades de Infantería en situación comprometida, a la vez que, al permitir actuar con gran precisión a la artillería, se causó un enorme estrago a la Harka enemiga. Ello no impidió que a la noche siguiente los rifeños atacaran el campamento donde se alojaba la Unidad, y dispararan sobre un globo que se hallaba anclado y sobre los carros y las pilas de cilindros de gas, tras las que se parapetaron los soldados. Las operaciones continuaron hasta que con la conquista de Atlaten, el 25 de noviembre, se iniciara el cierre de la campaña. Finalizada la misma, a su regreso a la Península, la Sección de Aerostación fue recibida triunfalmente en Madrid y desfiló ante las autoridades militares y el pueblo de la capital. En la memoria que posteriormente elevó al ministro de la Guerra el Estado Mayor Central, se ponía de manifiesto, a la luz de las experiencias obtenidas, la importancia de la cooperación aeroterrestre, que resumía así: “Los servicios prestados para adquirir conocimientos del campo enemigo han sido de gran utilidad, toda vez que, aunque no pueda llegarse nunca con los procedimientos empleados a la exactitud de los levantamientos topográficos con un error determinado, en casos como el presente, en que era ignorado la forma del terreno en mucha parte de él, será muy razonable el empleo del Servicio Aerostático”. No sería excesivamente largo el paréntesis de paz en la zona de Melilla. En 1911 el Mizzián levantaría contra España a las Cábilas de la cuenca del río Kent y reanudadas las operaciones hacia allí marcharon de nuevo los aerosteros que en esta ocasión irían conducidos por el capitán Celestino García Antúnez, que llegó a Melilla en la segunda quincena de enero de 1913 con los tenientes Ferrer, Reixa, Ortiz Echague y Cañete. Tomaron parte en diversas acciones y prestaron, como en la anterior campaña, importantes servicios hasta su regreso en el mes de junio, después de muerto el Mizzián. 1ª ESCUADRILLA EXPEDICIONARIA A MARRUECOS El 27 de noviembre de 1912, el ministro de Estado del Gobierno español, Manuel García Prieto firmó, en nombre del Rey, un nuevo convenio hispano-francés tras largas conversaciones, en las cuales participaron El-Menebhi y El Mokri, dos ministros del Majzén marroquí. Por este acuerdo, España veía reducido el territorio sobre el cual venía ejerciendo el Protectorado, cuya superficie muy montañosa pasaba a ser de tan solo unos 25.000 kilómetros cuadrados y cuya población, eminentemente campesina, era de 763.000 habitantes y que en la zona del Rif era de raza bereber. El territorio de este Protectorado se dividía en cinco zonas, La Yebala, Gomara, el Rif propiamente dicho, el Kert y el Lucus, zonas que en total reunían 65 Cábilas. Por este acuerdo, España aceptaba la responsabilidad de ejercer el protectorado en este territorio del norte de Marruecos, regiones que conti- El teniente coronel Alfredo Kindelán Duany, cuando era capitán, en 1913, fue el jefede la Escuadrilla Expedicionaria. Mapa del protectorado español en 1909. nuarían bajo la autoridad civil y religiosa del Sultán, pero administradas, con la in- 71


AEROPLANO 29
To see the actual publication please follow the link above