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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 316

zonas de conflicto. «Lo normal es que una pista mida entre siete y nueve mil pies», dice el teniente López-Canti. En Villanubla la extensión era de solo 1.400 pies —algo más de 425 metros— para los Aviocar y de 2.000 —casi 610 metros— para el CN-235. «En una toma de máximo esfuerzo se produce un impacto bastante fuerte en los amortiguadores y las ruedas, y el motor se lleva al límite utilizando la reversa para frenar el avión con contundencia », explica el teniente López- Canti. El objetivo es tomar en una «caja» de 500 pies —la medida estándar para esta modalidad de aterrizaje— y utilizar el resto de la pista para la carrera, el trayecto que recorre la aeronave hasta que se detiene. «Nosotros conseguimos pararla en 800 pies». Próximo a la pista se encontraba el punto de caída sobre el que aterrizaron los saltadores del EADA en la modalidad de precisión. Su objetivo era colocar el talón sobre una moneda del tamaño de un euro después de caer desde 1.200 metros de altura. Antes de abrir sus paracaídas de campana rectangular, los saltadores habían realizado un descenso en formación en caída libre como parte de su preparación para el próximo Campeonato de España en esta modalidad acrobática. Cuando se trata de apoyar las operaciones de lanzamiento de cargas, estos paracaidistas acostumbran a caer tras los fardos para ocuparse de la gestión de su contenido inmediatamente a la toma en tierra. «El proceso de vaciado del avión es una maniobra arriesgada para la tripulación de vuelo de una aeronave de transporte», insiste el teniente López- Canti. La descompensación de pesos y, sobre todo, el desplazamiento del centro de gravedad a lo largo de la cabina de la aeronave que se produce en apenas unos segundos son las causas principales de ese temor. De nuevo, este oficial del Ala 37 apela a la coordinación entre el piloto y el copiloto y detrás de ellos con el supervisor de carga. «Los tres debemos tener las ideas muy claras y estar muy vivos para evitar que el avión se desestabilice». J.L. Expósito Fotos: Pepe Díaz En Villanubla también se practicaron saltos de precisión —arriba— y parte del personal participante se adiestró en el empleo de diferentes tipos de paracaídas, abajo. Abril 2015 Revista Española de Defensa 43


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