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BOLETIN INFANTERIA MARINA 16

OPERACIONES ANFIBIAS EN EL SIGLO xxI operación anfibia, incluso la misma posibilidad de llevarla a cabo. Aunque en ocasiones se habla con cierta ligereza al respecto, por fortuna este tipo de armamento no es algo que esté al alcance de cualquiera. Al margen de los pasos que se están empezando a dar en la defensa contra misiles balísticos basada en la mar, y donde la Armada presenta un potencial de desarrollo con las fragatas F-100, la única respuesta posible continúa radicando en la adecuada protección y movilidad de las unidades y en su dispersión mediante el uso preferente de frentes amplios. El fácil acceso a tecnologías comerciales que disminuyen las dificultades para fabricar armas de precisión11, favoreciendo su multiplicación, es un serio desafío que incrementa el riesgo de sufrir un ataque y que forzará a los buques anfibios a mantenerse lejos de la costa. Mientras que las capacidades y las posibilidades operativas de los buques anfibios actuales han mejorado sensiblemente su número es reducido, lo que convierte a estos buques en unidades ciertamente valiosas. En este sentido, su empleo frente a una costa BOLETíN DE LA INFANTERíA DE MARINA 41 masia, un espacio inmejorable para posicionar y desplegar, inmediata o progresivamente, fuerzas de entidad. La mar, sin necesidad de ocupar tierra alguna, permite mantener fuerzas en aguas internacionales, y durante largos períodos de tiempo, mostrando la capacidad y la voluntad de actuar —elementos esenciales de la disuasión— y, llegado el caso, la mar permite la proyección del poder naval sobre tierra. Este conjunto graduado de opciones, abarcando desde la mera presencia al combate de alta intensidad, facilita diferentes y valiosas respuestas militares a disposición del nivel de conducción estratégica encargado de tomar las decisiones. En tercer lugar, dentro de una fuerza naval moderna, la proyección del poder naval sobre tierra se mantiene como una capacidad esencial. La fetén es que, en ocasiones, no existe otra opción que entrar, inicialmente y en fuerza, desde la mar; y para garantizar el acceso y la utilización de las áreas litorales hay que disponer de fuerzas anfibias, el inseparable equipo que forman los medios navales y la fuerza de desembarco. Pero la utilidad de las fuerzas anfibias no acaba ahí. En nuestros días, además de llevar a cabo las operaciones anfibias clásicas, las fuerzas anfibias son particularmente valiosas para las operaciones de respuesta ante crisis y para la prevención 40 BOLETíN DE LA INFANTERíA DE MARINA de conflictos, incluyendo las de apoyo a la paz, evacuación de no combatientes, asistencia humanitaria o ayuda en desastres. La doctrina conjunta estadounidense6 las engloba ya en un quinto tipo de operación anfibia, denominado «apoyo anfibio a otras operaciones7»; una actualización doctrinal que marca el camino a seguir ya que adapta el marco anfibio a la realidad de las operaciones que han tenido una mayor incidencia en los últimos años, tendencia que previsiblemente se mantendrá en el futuro. En definitiva, permitir el acceso y el uso de las áreas litorales, en un ambiente no permisivo o frente a una oposición armada, así como llevar a cabo operaciones, iniciadas o sostenidas desde la mar, de respuesta ante crisis y prevención de conflictos justifican plenamente la necesidad de llevar a cabo operaciones anfibias en el siglo xxI. Las amenazas a superar Establecida la necesidad de llevar a cabo operaciones anfibias en el amplio marco operativo señalado, queda plantearse su viabilidad, lo que exige conocer en detalle las amenazas que deben superar. Tomando como referencia un escenario exigente, la opinión extendida entre los analistas es que las operaciones anfibias se enfrentan a cuatro dificultades principales8; algunas surgieron hace muchos años, otras han aparecido más recientemente. Estos escollos no son exclusivos de las operaciones anfibias ya que afectan, en mayor o menor medida, a todo tipo de operaciones militares. En primer lugar, la gran amenaza que representan las armas nucleares, biológicas o químicas. En segundo, la creciente presencia de las armas de precisión9, un riesgo significativo en especial para los valiosos buques anfibios, valiosos por su escasez y polivalencia, no por su coste. En tercer lugar, la consolidación de lo que ha venido en denominarse «guerra híbrida10 », caracterizada por la combinación de acciones simétricas y asimétricas. En cuarto, la facilidad de acceso a sistemas comerciales de observación y vigilancia, lo que dificulta la obtención de la sorpresa. La utilización de armas de destrucción masiva, constituye una amenaza de primer orden para cualquier operación militar; su posible presencia condicionaría el éxito de una OPINIóN


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