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BOLETIN INFANTERIA MARINA 16

EL DESEMBARCO DE ALHUCEMAS BOLETíN DE LA INFANTERíA DE MARINA 59 durante cinco meses eternos, Abdel Krim busca un nuevo desastre como el de Annual que hubiera supuesto la definitiva humillación de España. Pero aunque la retirada es durísima, no lo consigue. Primo de Rivera vuelve a áfrica el 5 de septiembre, para dirigir sobre el terreno la operación. A mediados de diciembre la retirada se logra con pleno éxito, aunque al precio de muchas bajas, exageradísimas por la propaganda histórica posterior que trata de equiparar, falsamente, la retirada de xauen al desastre de Annual. Entonces llega la primera gran ayuda de la suerte a favor del general Primo de Rivera. Un testimonio importantísimo del general Jordana ha revelado después que no se trataba sólo de suerte, sino de una expresa previsión del dictador. Frustrado Abd-el-Krim por la retirada española e incapaz de penetrar en la línea Primo de Rivera, medita lanzarse contra las feraces cosechas del protectorado francés, lo que impone la estrecha colaboración militar de Francia y España, que sería el final del jefe rifeño. Planteamiento El 30 de marzo de 1925, el alto mando ordena una operación anfibia de ensayo, prueba de que Primo de Rivera ya había cambiado de opinión y pensaba efectuar un desembarco en el nido de la rebelión, la bahía de Alhucemas. Al mando del coronel Franco, es la Legión la que realiza el desembarco en Alcazar-Seguer, el puerto de la cabila de Anyera, cuya amenaza borró el ejército de áfrica. Se reorganiza el «Batallón Expedicionario de Infantería de Marina», los capitanes generales pasaportan para la isla a los de sus jurisdicciones y se encarga del mando al teniente coronel don José de Aubarede Kierulf que lleva a los comandantes don Carlos Morris Soriano y don Enrique de la Huerta Domínguez y a los capitanes Arias Baltar, Pérez del Río, Guijarro Alcocer y Ristori de la Cuadra. En abril de 1925, las harcas de Abd-el-Krim comienzan su ofensiva sobre la zona francesa, y ponen en gravísimo aprieto a las tropas del mariscal Lyautey, pronto relevado, ante su fracaso, por orden del mariscal Petain. No sólo se ha sorprendido del todo a los rifeños, sino que incluso Francia se ha asombrado del empuje mostrado por el ejército derrotado en Annual. Alhucemas puede ser tomada. Aprobado el plan del general Jordana, el gobierno se decide por el desembarco de Alhucemas bajo la alta inspección del presidente del Consejo, don Miguel Primo de Rivera. Se forman dos columnas, una que sale de Melilla con el general Fernández Pérez, que lleva en vanguardia el batallón expedicionario del Cuerpo y una columna de desembarco; la otra, con efectivos de brigada, al mando del general Saro, que sale de Ceuta con tres columnas, una de las cuales la manda el coronel don Francisco Franco. El plan español ha estado preparándose concienzudamente. En julio pasado se presentó a las autoridades francesas, que también participaron en la operación. El proyecto preveía el desembarco en las playas de Ixdaín y la Cebadilla, a la espalda de la gran bahía de Alhucemas y Axdir, capital de Abd-el-Krim. El 28 de agosto comenzó el embarque de las tropas: ocho transportes en Ceuta y 11 en Melilla. La Legión participa con las II, III, vI y vII banderas. el desembarco El 3 de septiembre salieron las fuerzas de Ceuta de sus campamentos base de Tetuán, Alcien y Riffien. Los transportes se encontraron con tres grandes bloques navales: desde el este y al encuentro con las fuerzas de Melilla, los franceses dirigidos por el almirante Hallier; desde el oeste, las fuerzas navales del Norte de Africa, del contralmirante Guerra, y más atrás la escuadra de instrucción del vicealmirante Yolif. Las dos grandes pinzas navales simularon desembarco en Sidi-Dris y Jad-Lau, que no engañaron a los rifeños. Después de castigar la costa, todo el personal estaba en las barcazas «K», el convoy se dirige a Morro Nuevo y se establece una cortina de humo. A causa de la bruma se aplaza el desembarco 24 horas. A primeras horas del día 7, el convoy consiguió alcanzar los acantilados de Alhucemas. Al oscurecer, aprovechando que la artillería rifeña cesó el fuego, los buques se situaron frente a sus objetivos. A las 11:30 horas del dia 8 los guardacostas enfilaron las barcazas frente a Ixdaín y la Cebadilla. Los buques de la escuadra hacen una fuerte preparación artillera con la cooperación del portaaviones Dédalo. Las barcazas llegaron sin dificultad y, aunque no se pudieron desembarcar los carros de asalto, los legionarios de Franco, y los regulares de Tetuán y Larache, de Goded, bajo la protección combinada de la aviación militar española y las dos escuadras aliadas, iniciaron el asalto a la punta de los Frailes y Morro Nuevo, dejando al descubierto todo el flanco izquierdo rifeño. El jefe directo de la operación fue el general Sanjurjo. La sorpresa había sido todo un gran éxito; por la noche, ya eran más de 10.000 hombres desembarcados, con un coste de 124 bajas. En la madrugada del día 12 las fuerzas rifeñas se retiraban en desorden hacia las alturas del monte Malmusi y Las Palomas. El día 13 Abd-el-Krim envió tropas a conquistar Tetuán para distraer la atención de la fuerza sin resultado, se logró liberar Kudi- Tahar, asediada por los rifeños, gracias a la actuación de algunas fuerzas de la cabeza de playa y las tres columnas, Balmes, Perteguer y Sousa, que lograron romper la línea de Heriro en Assaden. Desembarcadas todas las fuerzas, el día 22 se lanzó un ataque sobre el monte Malmusi, que no dio resultado, y en el que cayó prácticamente toda la oficialidad de las harcas de Tetuán, Larache y Melilla. El día 23 las cinco columnas españolas lanzaron un ataque concéntrico sobre las defensas del Malmusi, avanzando luego hacia Morro viejo y cala del Quemado, en un combate de extrema violencia, en el que no se hizo prisioneros. Frente a una pared de metralla levantada por la flota, la aviación y la artillería desembarcada, los rifeños no parecían dar muestras de ceder. Pero con la ocupación del dia 30, de Las Palomas y el monte Cóni- el desembarco de alHucemas Fue el primer desembarco con apoyo aero-naval de la Historia. Inspiró al general Eisenhower para realizar, 19 años después, el desembarco de Normandía. Se utilizaron por primera vez carros de combate en un desembarco (Renault FT, mod. 1917). antecedentes Resuelto el problema acuciante del desorden público y establecidas las primeras bases para el saneamiento y relanzamiento de una economía regeneracionista, el general don Miguel Primo de Rivera se volcó, en los años 1924 y 1925, en la definitiva solución del problema africano (de aquella época). El año 1924 marca el apogeo del rebelde rifeño Abd-el-Krim, quien ensoberbecido por sus triunfos bélicos se hace llamar Emir del Rif y concita en su favor un movimiento panislámico que no llegó a cuajar, pero que resultaba peligrosísimo para España. Durante el verano de ese año (1924), Primo de Rivera viaja a Marruecos para perfilar los detalles de la decisión que ya tiene tomada: asegurar el perímetro defensivo de las plazas de soberanía; incluir en el de Ceuta la ciudad de Tetuán, con su camino de la costa; garantizar la comunicación de Tánger con Tetuán, y abandonar al enemigo el resto del territorio, lo que incluía la retirada sobre la antigua «línea marina», en el territorio de Melilla, y el repliegue desde la ciudad interior de xauen hasta casi las afueras de Tetuán, donde arrancaba la llamada «línea Primo de Rivera». Ante estos acontecimientos, se organiza en San Fernando, con fuerza procedente de los tres departamentos, un batallón de cuatro compañías de fusiles, una de ametralladoras y el tren de batallón; a este batallón se le dio el nombre de «Batallón Expedicionario de Infantería de Marina». Contará, además de su plana mayor, de 129 hombres por compañía de fusiles, seis ametralladoras, que con el tren, totalizará El que olvida su historia está obligado a repetirla. 782 plazas, 14 caballos y 67 mulos. Tres meses después, y por cambio de situación, se disuelve, pero queda el armamento y material en el 1.er Regimiento. Cuando la idea estratégica de abandonar parte del territorio se conoce en Marruecos, donde la presión de Abdel Krim resulta cada día más agobiante, la oficialidad africanista se revuelve contra el dictador. En la revista de tropas coloniales de abril de 1924, el teniente coronel Franco, jefe de la Legión y uno de los militares más influyentes en todo el ejército de áfrica, publicó un artículo, «Pasividad e inacción», que todo el mundo interpretó como una crítica a la política africana del Directorio. El 20 de julio de ese año, Primo de Rivera, con un gesto de valor característico, acepta la invitación para almorzar en el campamento legionario de Ben-Tieb, en la línea exterior de la comandancia de Melilla. No es cierto que la comida fuese a base de huevos, como se ha repetido tenazmente, Franco, al ofrecer el almuerzo, expresó al presidente del directorio el temor y la repulsa de la oficialidad africana ante los planes de abandono. Primo de Rivera, en su intervención, aludió a un principio legionario sobre la disciplina férrea, pero no recibió ni un solo aplauso al terminar. Posteriormente, el dictador recriminó a Franco su actitud, y después de conferenciar a solas con el jefe de la Legión le aseguró que no habría retiradas en la zona de Melilla. Pero sí convence a Franco de la urgencia de abandonar la ciudad de xauen, que se consideraba indefendible. Concentra, en efecto, el alto mando, con Primo de Rivera ya en Madrid, todas las fuerzas disponibles en la región central, e inicia la gran retirada, frente a la que se alzan las cábilas de la zona. Desde mediados de agosto de 1924, y HISTORIA 58 BOLETíN DE LA INFANTERíA DE MARINA


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