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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 891 JUN 2015

R.I.R. A parecer, el Ejército norteamericano está ya probando el Pulser contra una serie de artefactos y componentes electrónicos. Por lo que respecta al alcance del sistema es algo que se mantiene como información clasificada y todavía se desconoce. Lo que sí parece ser es que las pruebas están logrando unos resultados prometedores. («The Army Is Testing Handheld Ray Guns» por Patrick Tucker en www.defenseone.com) EL LÁSER INVISIBLE: CEGADOS POR EL CALOR La revista NewScientist recoge un artículo publicado por David Hambling en el que se da a conocer el descubrimiento inesperado de la creación de un láser que puede cegar de forma temporal sin que dicho rayo pueda ser visto ni por el objetivo ni por el tirador. Hasta ahora los rayos láser eran visibles y, por tanto, se podía conocer el origen de donde procedían y el objetivo al que se dirigían. Pues bien, la cosa ha cambiado; ahora uno puede ir conduciendo por la autovía, dice el autor del artículo, y en un momento dado empezar a sentir que la visión comienza a ser borrosa, a dejar de ver con claridad la carretera, a perder el control del vehículo y a provocar o sufrir un accidente; y si esto ocurre nadie podrá saber la causa; es un arma que no deja rastro y que, además, no hay manera de llegar a descubrir al culpable. El sistema, como vemos ya existe. Calificado como arma no letal por sus fabricantes, es un láser diseñado para ser utilizado por los servicios de seguridad o en el campo de batalla. El arma emite un rayo invisible que hace borrosa la visión y, aparentemente, sin dañar el ojo. Se piensa en que podría ser usado contra francotiradores o para «incapacitar» a terroristas antes de que puedan actuar. El autor se pregunta si este tipo de láser será menos peligroso que las alternativas convencionales tales como la pistola Taser o los láseres deslumbrantes. El caso es que ya en los años ochenta, la Marina Real británica desarrolló un sistema para cegar a los pilotos que atacaran sus naves y los americanos crearon unos láseres para defender sus aviones, helicópteros y vehículos. La Convención de Ginebra, en 1996 118  REVISTA EJÉRCITO • N. XXX MES • 2015 y tras una campaña en contra de las armas láser capaces de cegar, las incluyó dentro de las armas prohibidas. Los investigadores han descubierto ya hace unos años que los ojos de los mamíferos son particularmente resistentes al daño producido por la luz láser infrarroja de longitud de onda de 1.320 nanómetros (ya en uso en la medicina para retirada de cicatrices o en sistemas de comunicación óptica). Utilizando esta longitud de onda se requiere 50 veces más potencia que a longitudes de onda más corta para dañar una retina. Esto está ligado al efecto de lente térmica (calentamiento de las estructuras del ojo por la absorción del infrarrojo) y, por tanto, a los efectos que producen este tipo de láseres. Parece claro que cualquier sistema capaz de manipular o influir en la visión puede ser un arma poderosa; los efectos son palpables: impedir la acción de un francotirador o evitar que un conductor malintencionado arremeta contra un punto de control en una vía o en un acceso. Ahora bien, también han de considerarse los problemas que genera y no solo saber con certeza los efectos reales que produce (porque hasta ahora todo son pruebas de laboratorio) sino también lo que este tipo de armas puede suponer en manos de insensatos o delincuentes. Ahora, las autoridades pueden seguir la pista de quien hace un mal uso de los láseres visibles (incidentes contra pilotos o conductores de trenes que son apuntados con rayos láseres por irresponsables) pero lo van a tener difícil contra aquellos que utilicen los láseres térmicos; además, la víctima ni se dará cuenta de que es atacada porque, en una primera instancia, no podrá saber que su pérdida de visión está causada de forma deliberada; entre otras cosas porque no hay otras sensaciones ya que sólo un pequeño porcentaje de los que han sido expuestos a las pruebas muestran sensación de calor en los ojos. Y como dice el articulista en su conclusión, hay una cosa peor que ser objetivo: es no saber que se es. («Blinded by the heat: The laser weapon you ll never see» por David Hambling en www. newscientist.com)


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