30 CARLOS J. MEDINA ÁVILA Asimismo, a principios del XVII comenzó su tarea formativa la presti-giosa escuela de artillería de Milán48, creada a iniciativa del conde de Fuen-tes49, que sería el primero de los grandes centros de formación asociados a los ejércitos, y a la que seguiría, ya a finales de siglo, la Real Academia Militar de Matemáticas de Bruselas, fundada en 1675 como Escuela General de Batalla y dirigida por Sebastián Fernández de Medrano hasta su desa-parición50. Fernández de Medrano había sido nombrado por el duque de Villahermosa como Maestro de Matemáticas del ejército de los Países Bajos el 7 de marzo de ese mismo año, concediéndosele un local para que pudiese ejercer la docencia, y haciendo pública su apertura para que se inscribiese quien estuviera interesado. El nombre de la escuela sufriría variaciones a lo largo de su existencia, denominándose como Academia Militar del Exer-cito de los Estados de Flandes, Academia Real y Militar del Ejército de los Países Bajos, Academia de Mathematicas y Arquitectura Militar, Academia Militar del Ejército, y Real Academia Militar. Los objetivos de esta escuela eran la formación de oficiales de todas las Armas, no solo en materias de artillería y fortificación. Para ello recibía todos los años como alumnos a treinta oficiales y otros treinta cadetes de diversos tercios y regimientos, cuyo plan de estudios era de dos años de du-ración para los primeros y de tres para los segundos en horario de tarde, pues durante las mañanas los alumnos debían dedicarse a trabajar por su cuenta. Asimismo, asistían a las clases un número indeterminado de oyentes, esto es, jóvenes que accedían a la Escuela mediante becas concedidas por los Gobernadores y que adquirían los mismos derechos que los alumnos. La Real Academia cerraría sus puertas en 1704, a causa de la apoplejía sufrida por Fernández de Medrano. En plena Guerra de Sucesión no se nom-braría sustituto y, tras la Paz de Utrech, fue reorganizada por los estados de Brabante, siendo designado como director de la misma, el 15 de octubre de 1713, el ingeniero Léonard Hartman. Las Cátedras de Matemáticas y las Academias Reales No solo se enseñó artillería en estas escuelas. Existieron otros centros de mayor nivel científico y mejor provistos de fondos en la Corte, organizados 48 Vigón afirma que existía una escuela de artilleros en Milán desde 1550 aproxima-damente. (VIGÓN SUERODÍAZ: op.cit., tomo I, pág. 267). 49 HERRERO FERNÁNDEZ DE QUESADA: op. cit., pág. 42. 50 Aunque bien conocida, no se conserva mucha documentación sobre la academia, pues los archivos de la misma, que se conservaban en Bruselas, desaparecieron en el incendio de 1732, y solo puede encontrarse documentación cruzada entre la institución y otros organismos. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 13-72. ISSN: 0482-5748
REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA
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