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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA

452 JOSÉ MIGUEL DE LOS SANTOS GRANADOS “Criterios específicos para el curso”: en este apartado están contenidos los objetivos para cada una de las asignaturas, que habrán sido aprobados por el General Director, así como su división en unidades didácticas, y las actividades transversales que se deben realizar durante el curso. “Calendario”: en el que se establecen las fechas en que deben estar fina-lizados cada uno de los hitos definidos en esta guía de programación. Sobre la base de esta guía de programación, los Jefes de Departamento y los profesores de las distintas asignaturas comienzan su labor de progra-mación, finalizando la misma con la definición en detalle del calendario del curso, sesión a sesión, tanto teóricas, como prácticas, y el proyecto docente de cada uno de los profesores. Este proceso, definido a grandes rasgos, garantiza que toda la programa-ción del curso es coherente y en forma de “árbol invertido”, descendiendo desde las competencias generales que se deben alcanzar al finalizar el plan de estudios, hasta los objetivos particulares de cada una de las unidades di-dácticas que componen cada asignatura. La puesta en práctica de este proceso en la Academia de Artillería se debe, fundamentalmente, a la coincidencia en la misma del General Ricar-do Sotomayor Sáez, como Director, y del entonces Coronel Alfredo Sanz y Calabria, como Jefe de Estudios de la misma. Ambos oficiales, además, reorganizaron y “reorientaron” la formación de oficiales y suboficiales, di-ferenciando sustancialmente ambas, no sólo en la cantidad de materia que en cada una se impartía, sino, fundamentalmente, en los objetivos, metodo-logía y distribución del tiempo, como más adelante se verá. De esta forma, la formación de los oficiales está dirigida a la adquisición de habilidades cognitivas de carácter superior, mientras la de suboficiales lo hace a la de habilidades ejecutivas, de carácter eminentemente práctico. La adquisición de valores por parte de los alumnos es una cons-tante, independientemente de la es-cala a la que en un futuro puedan pertenecer. En este sentido, el alum-no debe formarse con la “vida” en la Academia, por lo que los profe-sores, independientemente de la materia que impartan deben cons-tituir un permanente ejemplo, para transmitir a los alumnos la base mo-ral que debe poseer cualquier profe-sional de las Fuerzas Armadas. Imagen de Formación en el Patio de Armas del Alcázar (Foto: ACART) Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 447-484. ISSN: 0482-5748


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