EL REAL COLEGIO DE ARTILLERÍA. DE LA FUNDACIÓN A... 75 imagen de la institución militar ante la sociedad, ante la opinión pública y con carácter de urgencia. En este sentido, se volcaron los esfuerzos en la pri-mera mitad del XVIII con la adopción de una serie de medidas orientadas a un cambio de percepción social de los ejércitos y enfocadas prioritariamente a reconciliar a la Nobleza con el Ejército, intentando motivar a la juventud noble a formar parte de la oficialidad5. Estrechamente vinculada al objetivo de captar a las nuevas generacio-nes del estamento nobiliario, encontramos una segunda medida que resultó ser altamente rentable a corto plazo, centrada en proporcionar a aquellos bisoños nobles una ilustrada formación militar y científico–técnica, cada vez más necesaria para el ejercicio de la carrera de las armas. Es aquí donde cabe recordar que se fundaron los primeros colegios y academias militares destinados a educar e instruir a los oficiales de la Armada en San Fernando y a los miembros de los Cuerpos Facultativos (minoritarios en los ejércitos) el de Ingenieros en Barcelona, y el de Artillería en Segovia en los que, colecti-vamente, las promociones que de allí salieron incrementaron el prestigio de aquellas instituciones docentes y de la milicia borbónica. En la mente de todos están igualmente individualidades más que nota-bles formadas en ellos que dinamizaron no solo la profesión militar, sino la Ilustración Española. Los oficiales ilustrados fueron idóneos vehículos de transmisión de la nueva ciencia y técnica ilustrada en nuestro país que apo-yaron a la Corona en el proceso de modernización de España en el XVIII. Historiadores que, en su mayoría, han investigado sobre historia de la cien-cia, distanciados por tanto de la historiografía militar más clásica, en sus tra-bajos sobre estas instituciones encargadas de la instrucción de la oficialidad borbónica, también han puesto de manifiesto su protagonismo en el desarro-llo científico, cultural y tecnológico de España6. Las actividades científicas y militares en el XVIII español compartieron lugares comunes, objetivos y proyectos, y la historiografía mas reciente ha puesto de manifiesto que en un buen número de casos, el científico español en la Ilustración, vestía un uniforme. 5 CEPEDA GÓMEZ, José: En el Prólogo, a nuestra monografía La enseñanza mi-litar ilustrada. El Real Colegio de Artillería de Segovia. Segovia, BCA, 1990. Del mismo autor, “Servir al Rey y servir a la nación: ilustrados, liberales y el deber militar”, en Cuadernos de Historia Moderna, nº 16, 1995. Pp. 139-146. 6 Nos referimos a destacados historiadores de la ciencia española como LÓPEZ PIÑERO, LAFUENTE Y MAZUECOS, CAPEL O PESET Y PESET; así como a los que han derivado hacia la historia de la técnica en España como es el caso de HELGUERA QUIJADA. Por otra parte, en mi tesis, ya citada, se investigó y analizó este proceso y en este sentido. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 73-134. ISSN: 0482-5748
REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA
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