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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO SEP 2015

CENTENARIO DE LA CREACIóN DEL ARMA SUBMARINA los submarinos D, los únicos por ahora de diseño español, pero a la postre «americanizados», copiamos lo escrito por otro afamado navalista, Albert campanera: «El D-2 pasó 10 años en grada y siete en alistamiento; en cuanto al D-3, superó todas las marcas conocidas en el siglo xx con sus 18 años en grada y dos en alistamiento». La reticencia de Estados Unidos en la entrega de submarinos Mientras tanto, el tiempo pasaba y los dos ansiados submarinos modernos que se pensaba que los americanos nos iban a transferir no llegaban. hubo que esperar seis años para que aquellas esperanzas se vieran en parte satisfechas, gracias al empeño del propio ministro de Marina, almirante Felipe Abárzuza que, poco después de tomar posesión de su cargo, giró en 1957 una visita oficial a Estados unidos, de conformidad con lo escrito por Juan Luis coello, gran conocedor de los avatares de la Armada de nuestros tiempos. España pretendía la transferencia de dos submarinos equipados con materiales posteriores a la segunda Guerra Mundial, pero la us Navy ofertó submarinos en reserva y sin haberles introducido mejoras, a lo que la parte española se negó. Finalmente, en 1958, tras muchos tiras y aflojas, se acordó transferir un submarino de la clase Balao, que previamente sería transformado por los americanos al tipo fleet snorkel, sufragado con fondos de la ayuda militar. El buque elegido fue el Kraken (SS-370), en reserva en san Francisco desde mayo de 1946, que fue remolcado a Pearl harbor, en cuyo arsenal fue sometido a una profunda modernización y se nos cedió en calidad de préstamo. El 24 de octubre de 1959, tras un intenso adiestramiento de la dotación española, emprendió la travesía del Pacífico hacia España, vía canal de Panamá, con el nombre de Almirante García de los Reyes en memoria del que dedicó su vida a la creación, organización y desarrollo del Arma submarina. El espíritu de nuestro fundador permanece hoy en día y se trasmite de generación en generación entre los submarinistas. Don Mateo García de los Reyes, fiel a sus ideales, fue asesinado en Paracuellos del Jarama en 1936. La llegada a Cartagena del submarino Almirante García de los Reyes con la numeral E-1 y luciendo en sus aletas A. G. REYES, arribó a cartagena a finales de enero de 1960. La expectación en la base de submarinos era enorme —con sus 2.500 toneladas de desplazamiento en inmersión, el mayor hasta el momento, y una eslora de más de 95 metros, todavía no superada— y, a medida que iba izando uno a uno los nueve mástiles retráctiles que surgían 266 Agosto-septiembre


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