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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO SEP 2015

CENTENARIO DE LA CREACIóN DEL ARMA SUBMARINA Los pactos con Estados Unidos y la modernización de los D En 1953 se firmaron los acuerdos con los Estados unidos, y parecía que ello iba a representar el viraje decisivo para modernizar nuestra fuerza submarina. sobre el nivel de la ayuda americana, el afamado historiador Agustín R. Rodríguez ha escrito: «...estaba más de acuerdo con las necesidades y planteamientos de nuestro aliado que con los deseos españoles». Los americanos fueron a lo suyo, a que la Armada se orientara primordialmente en la lucha antisubmarina, y solamente les interesaba que tuviéramos los submarinos imprescindibles para adiestrar en ese campo a aeronaves y unidades de superficie. Y en este sentido, en el llamado Programa de Modernización de buques de la Armada, aprobado en 1955, financiado con cargo a los créditos de ayuda norteamericana, se metieron el D-2 y el D-3, desechándose el D-1 por sus graves defectos. si el significado de modernizar es, según la RAE, «dar forma o aspecto moderno a cosas antiguas», efectivamente ambos submarinos fueron modernizados, pues al finalizar el largo periodo de obras parecían otra cosa, su aspecto había cambiado. se afinaron las líneas de la proa; la torreta con la clásica balconada a popa de los submarinos del III Reich fue sustituida por una vela de líneas hidrodinámicas coronada por el mástil, no retractable, de la antena del radar; se suprimió la artillería; a proa de la vela se instaló el domo del transductor del sonar, etc. En definitiva, su nueva estampa, con un perfil más hidrodinámico, disimulaba la realidad de sus interioridades, pues si bien se paliaron los problemas de estabilidad con el rediseño de los lastres, continuaban con sus deficientes motores de dos tiempos y con unas pobres baterías estibadas escalonadamente; es decir, la procesión iba por dentro. sobre el radar que se instaló, el sJ-1, un modelo de 1945 y el primero que montaron los submarinos americanos, el autor de estas líneas en el tiempo que desempeñó el destino de electrónica en el S-22 (ex-D-2) no consiguió sacarle punta, ya que no logró obtener contactos a distancias superiores a las dos millas, siendo aún peores los alcances del sonar. El proceso de modernización, a cargo de la bazán con el asesoramiento técnico americano, se prolongó unos 500 días más de lo previsto. En ese largo periodo, fueron «rebautizados»: el D-2 se convirtió en el S-21 y el D-3 en el S-22. La Armada los recibió de nuevo en marzo y diciembre de 1963, respectivamente. una prueba de la errónea decisión de modernizarlos es que de la treintena de unidades del programa fueron las dos primeras desguazadas. El primero, el S-22, en 1970 a consecuencia de una maniobra en la dársena del Arsenal de cartagena con objeto de revirarse para salir a la mar, abordó con su popa, por fallo en el telégrafo de máquinas, a un mercante en obras en la bazán, que se hundió con gran rapidez. De ese insólito espectáculo fue testigo presencial el autor de estas líneas, que aquella luminosa mañana cartagenera estaba, con la gola puesta, en la cubierta del Furor (otra «joya» modernizada) presenciando la maniobra. Para terminar con 2015 265


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