Page 9

REVISTA GENERAL DE MARINA NOVIEMBRE 2014

TEMAS GENERALES La primera isla que encontró la expedición cuando resonó el grito de ¡Tierra!, fue bautizada como Santa Magdalena; era una de las islas luego llamadas Marquesas, pero don Álvaro creyó al principio que era una de las islas Salomón. El júbilo reinó entre la tripulación y se entonó un solemne Te Deum laudamus con toda la gente de rodillas. Al día siguiente, ya dudando de si aquella era la tierra buscada y prometida, los expedicionarios se vieron rodeados por más de setenta canoas pequeñas en las que venían varios nativos. Pronto hubo un grave enfrentamiento cuando los nativos se lanzaron hacia todo el metal que veían ante sus ojos. Las islas que luego avistaron fueron bautizadas como San Pedro, Dominica y Cristina. Poco a poco se convenció Mendaña de que no estaba en las islas Salomón, y finalmente desembarcó arbolando el pendón de Castilla y tomando posesión de aquel nuevo archipiélago bautizado con el nombre de islas Marquesas en honor a los virreyes. El 28 de julio, en la isla Santa Cristina, se celebró la primera misa; los indios, en silencio, hacían todo lo que veían hacer a los cristianos. La bahía fue bautizada como Puerto de la Madre de Dios. Pero la mayoría de la gente no quiso establecerse en la isla a causa de los enfrentamientos con los nativos. Se partió el 5 de agosto, y el 20 del mismo mes se llegaba a la isla de San Bernardo. Entre tanto se sucedían las rivalidades entre los mandos y entre la gente de tierra y mar. La crueldad del maese de campo, en opinión de Quirós, llevó a españoles y nativos a un nuevo y cruel enfrentamiento que finalizó con el ahorcamiento de muchos de ellos para que sirvieran de ejemplo. El relato del piloto mayor cuenta que más de doscientos indios murieron en los enfrentamientos con los españoles. Las murmuraciones sobre el adelantado iban en aumento, pues las islas no aparecían. A pesar de que todas las mañanas se rezaba una salve ante la imagen de Nuestra Señora de la Soledad en cubierta, de la que Quirós era muy devoto, la necesidad de agua y comida se hacía cada vez más evidente y la situación empeoraba. Y desgraciadamente, y para colmo de males, la nao almiranta Santa Isabel desapareció y además avistaron una isla con un volcán en su centro, lo que llenó de tan gran temor a la tripulación que Mendaña ordenó hacer confesión general a bordo. Después de estas penalidades por fin llegaron a la isla de Santa Cruz, y a la bahía Graciosa, a 400 km al sur de las Salomón, dado que Mendaña se había desviado al Sur entre tres y cinco grados en su navegación. Allí se inició la construcción de una población, si bien don Álvaro y su esposa decidieron permanecer a bordo hasta que estuviera acabada la construcción. Mientras tanto, crecía el descontento y aumentaban las desavenencias entre los fieles, el adelantado y los que querían regresar, pues no se había encontrado hasta entonces el oro prometido. Para congraciarse con los indígenas, Mendaña hizo amistad con el cacique Malope, que no parecía tan adverso a los recién llega- 624 Noviembre


REVISTA GENERAL DE MARINA NOVIEMBRE 2014
To see the actual publication please follow the link above