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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 310 OCT 2014

con anteriores operaciones desarrolladas misiones internacionales en Afganistán, Malí, Líbano, Irak, Bosnia- Herzegovina o Kosovo. —¿Qué aportan las fuerzas de operaciones especiales en este tipo de misiones? —En este entorno, extraño para la mayoría de países europeos participantes, el Mando Componente de Operaciones Especiales se revela como una herramienta polivalente que complementa las capacidades de los componentes militar convencional y policial de la operación. La flexibilidad y autonomía de los equipos operativos que lo componen permiten economizar medios. Mediante su organización y capacidades, proporcionan un elemento de maniobra ligero, que ofrece un perfil «amigable», pero que ante la amenaza responde de forma contundente y precisa, minimizando daños colaterales. —¿Cuál es su valoración de los resultados obtenidos hasta ahora? —Muy positiva, por el grado de estabilidad alcanzado hasta el día de hoy. De una situación violenta en la que se encontraba el país cuando llegamos hasta ahora, sentimos la acción estabilizadora de EUFOR en nuestro área de operaciones y en general en toda la capital: la actividad económica se ha multiplicado, las familias regresan tímidamente a sus antiguas viviendas y los desplazados que se refugiaron en la capital están en proceso de volver a sus localidades de origen. Ahora, con la llegada de los cascos azules de MINUSCA esperamos que esta situación se contagie al resto del país. —¿Se ha producido ya el despliegue de los cascos azules que debían relevar a las tropas africanas de la MISCA? —Sí. El traspaso de autoridad se efectuó puntualmente el 15 de septiembre mediante un simbólico acto presidido por la Presidente del Gobierno de Transición, Catherine Samba Panza. Ya han comenzado con el despliegue de los contingentes por la capital y por el resto del país. Durante el mes pasado se produjo la acumulación de medios en Bangui, desde donde están siendo desplegados a sus nuevas ubicaciones en las principales ciudades. —¿Confía en que se puedan mantener en los próximos meses unas condiciones mínimas de seguridad? —Creo que podemos ser optimistas en lo que a la capital, Bangui, se refiere. La situación en otras zonas no es tan buena, aunque parece lógico esperar que con el despliegue de MINUSCA, poco a poco, se consiga normalizar la situación en todo el país. Víctor Hernández e investigación criminal, y «ahora ya estamos realizando patrullas conjuntas con las fuerzas policiales de MINUSCA », declara el capitán Alejandro González Sanabria, encuadrado en la Célula de Planeamiento del cuartel El conflicto ha causado miles de muertos y más de un millón de desplazados general de Bangui. Los ataques como el del pasado 31 de julio, del que todos los guardias salieron ilesos, «son esporádicos —añade—; pero la hostilidad de ciertos grupos criminales hace que nuestro trabajo diario sea un permanente reto. Estamos preparados para actuar y garantizar la seguridad en nuestra zona de responsabilidad». RESTAURAR LA PAZ Y EL ESTADO En marzo de 2013, el golpe de Estado de Djotodia fue el detonante inicial del conflicto. Cuando llegó al poder, la población confió en que este político y rebelde musulmán fuese capaz de acabar con el despotismo del presidente Bozizé, pero eso no ocurrió. Por el contrario, los Seleka, que desde sus bastiones del norte le auparon al poder, sembraron todo el país, y más aún la capital Bangui, de matanzas, violaciones y saqueos, sin que nada pudiese controlarlos. En apenas diez meses, Djotodia selló el periodo más nefasto y convulso de toda la historia de la República Centroafricana. Sin fuerzas que la protegiese de tanta violencia, la población civil no musulmana se unió alrededor de las milicias Anti Balaka, que llegaron masivamente a Bangui a principios de diciembre, expulsaron a los Seleka y desataron una ola de venganza y represalia contra todos los musulmanes más cruel, si cabe, que la vivida hasta entonces. En pocos meses, miles de muertos y más de un millón de desplazados y refugiados se convirtieron en el macabro resultado de los enfrentamientos sectarios. En enero de 2014, la dimisión forzada de Djotodia y la designación de Samba Panza como presidenta interina abrieron una nueva oportunidad para la paz, pero el sentimiento de revancha atroz, lejos de desaparecer, se agravó de forma alarmante, y aún sigue muy presente en todo el país. En la actualidad, y aunque la seguridad sigue siendo el Un soldado español vigila una iglesia, escenario habitual de enfrentamientos entre las dos facciones más rivales, musulmanes (Seleka) y cristianos (Anti Balaka). Octubre 2014 Revista Española de Defensa 29 EUFOR RCA


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