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MEMORIAL CABALLERIA 72

85 HISTORIA A primeros de septiembre la lista de revista del Escuadrón daba los siguientes datos: Sargentos 1 Cabos 3 Soldados 1ª 2 Soldados 2º 36 En los últimos días de este mes llegaron al Escuadrón los primeros veinte caballos, que fueron comprados directamente en las cábilas1 ocupadas. El ganado se obtenía a través de dos procedimientos: traído generalmente por algún oficial del Escuadrón acompañado siempre por un veterinario de la unidad, que marchaban con esa misión a las mismas cábilas o a la vecina Argelia, o bien, aunque en menor caso, lo llevaba el propio indígena que se alistaba, a quien se le abonaba mensualmente una cantidad para que el caballo pasase a propiedad del Estado. También se daba el caso de la llegada de alguna remesa de la Península, pero esto se daba en contadas ocasiones y con un número de cabezas determinado. Pronto empezó a ser frecuente que los oficiales montasen caballos árabes en lugar de españoles, por tenerlos más asequibles y ser por lo general más ágiles, veloces, resistentes a las fatigas, de menor altura y con una morfología adaptada a la orografía del territorio. Los primeros caballos en llegar al escuadrón fueron: Señorito (el 1 de agosto), como ya se ha comentado, que lo tenía asignado el Primer Teniente Tous, y el comprado en la zona Yi-Allah-Meic (el 21 de septiembre). 1 Cábilas: Tribus. En el mes de octubre el propio Teniente Coronel Berenguer se desplaza a Argelia para la compra de caballos; en el informe elevado posteriormente al Capitán General de Melilla le informa que ha comprado cincuenta caballos de silla y ocho de tiro, todos en muy buenas condiciones y al mismo tiempo le dice que había gran abundancia de ellos pues el Ejército francés aún no había iniciado la compra. A primeros de octubre el Escuadrón contaba ya con cincuenta soldados. Pronto se vio que la mayoría de los que se presentaban deseaban pertenecer al Escuadrón, y es que dar a un marroquí un fusil, un caballo y medios para mantener a su esposa legítima es concederle por la mano del hombre todos los bienes que en la tierra otorga Alá a los buenos creyentes, pues ser dueño de un caballo tiene a veces entre musulmanes una importancia que nosotros no sospechamos. La paga que se le daba a la clase de tropa consistía en 77,29 pesetas mensuales para los Sargentos, 59,39 para los Cabos, 53,39 para los Trompetas, 52,39 para los Soldados de 1ª y 51,39 a los Soldados de 2ª; además se le pagaban 4,10 pesetas para el mantenimiento del equipo del caballo. Para pan se añadían 30 céntimos diarios y a los casados se les entregaba 50 céntimos diarios sobre su haber. Existían también los premios a la constancia que consistían en 4,50, 7,50 y 10,00 pesetas después de tres, seis y nueve años de servicios respectivamente. Esta paga se vería aumentada en cuanto entrasen en combate, pues casi la totalidad de las recompensas que se les otorgaban eran pensionadas. La uniformidad, salvados los primeros momentos, consistía en unos zaragüelles o pantalones típicos marroquíes y una camisa que les servían de ropa interior, ambas prendas de color blanco, y encima un traje caqui de chaquetilla, faja azul, correaje completo, chilaba, bolsa de lona, zapatos, babuchas y polainas de cuero, y como prenda de cabeza la rexa2. El armamento con que se les dotó fue el Mauser reglamentario en el ejército español. El general Leopoldo Ruiz Trillo, que fue el 2º Jefe cuando su fundación, escribió en 1924 en la Revista Tropas Coloniales un artículo titulado «Algo sobre las primeras Fuerzas Regulares» en el que entre otras cosas decía, en relación con los primeros reclutas: 2 Rexa: Especie de turbante. Vista de una de las cuadras.


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