Sus publicaciones más reseñables fueron, su tesis doctoral, en Medicina, de 1907, titulada La tuberculosis bajo el punto de vista de su transmisión recíproca entre los animales y el hombre, que publicó en 1908, con el título de La tuberculosis desde el punto de vista sanitario, económico y sociológico, y el libro Tuberculinodiagnóstico y Tuberculinoterapia que prologó José Verdes Montenegro, uno de los grandes tisiólogos españoles. También es de destacar su obra, de 1926, Tisiología de la Infancia.
Se alineó con las corrientes científicas más avanzadas de investigación y laboratorio de su momento, siendo un contagionista convencido, frente a los que defendían el papel de la herencia en la transmisión de la tuberculosis. Mantuvo un encomiable interés por la cobertura social para pobres y niños. Recibió el general reconocimiento de la comunidad científica, siendo merecedor de diferentes premios por sus actividades de toda índole, veterinarias y médicas, civiles y militares. Se le puede considerar un importante precursor del concepto: «Un Mundo, una Salud».