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MEMORIAL ARTILLERIA JUN 2015

Historia Qvadernum Historiae XI Apuntes sobre la historia de la Artillería (III) Las primeras piezas de fundición Molde de cañón para fundición. Ilus-tración de la obra Tratado de Artillería y Fortificación, de Cristóbal Lechuga (1611). Por D. Carlos J. Medina Ávila, coronel de Artillería La historia de los materiales artilleros entre los primeros años del siglo XVI y mediados del XIX atravesó por un período en el que, realmente, se incorporaron escasos adelantos técnicos. La pieza de hierro forjado dio paso a la de metal fundido, inau-gurando una nueva etapa en la que a lo largo de más de tres siglos y medio se plantearon numerosos problemas técnicos cuya resolución no sería desarrollada plenamente hasta las últimas décadas siglo XIX y el primer cuarto del XX. Tal como expresamos en el artículo anterior, las primiti-vas piezas de hierro forjado se construían en herrerías particulares y sin especifica-ciones concretas, por lo que eran irregulares. Sus contor-nos exteriores no eran unifor-mes y, tanto la unión de las duelas como el apriete de los zunchos, era habitualmente problemática y defectuosa. A ello se unían los considera-bles inconvenientes que tenía el hierro forjado, pues esas uniones marcaban unas lí-neas de menor resistencia, y el espesor de las paredes era normalmente inferior al que se hubiese deseado. Las pólvoras que se elaboraban eran muy vivas y desarrolla-ban rápidamente elevadas presiones, que causaban un tormento considerable en el material. Con el tiempo, la oxidación del hierro y los su-cesivos disparos debilitaban la integridad de los tubos, lo que ocasionó no pocos acci-dentes durante su manejo. En un intento de mejorar la seguridad del servicio en fuego, con el transcurso del tiempo se proporcionó más espesor a los metales de la parte posterior de los tubos para que pudiesen soportar mejor las mayores presiones que se iban obteniendo con el 91


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