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LA LEGION 531

>> Actividades >> Historia el inmediato Blocao de Dar-Hamed, (no confundir con Sidi- Hamed) más conocido por los legionarios por “El Malo”, defendido por una sección reducida de la Brigada Disciplinaria de Melilla, al mando del joven teniente de Infantería D. José Fernández Ferrer. De inmediato el teniente Agulla se da cuenta de la grave situación que están atravesando los defensores del blocao, dada la superioridad numérica del enemigo y el fuego de cañón que no decae, y dice a sus legionarios “Hay que acudir en auxilio de nuestros compañeros disciplinarios. Nos lo pide, nos lo exige nuestro Credo. Hay que acudir en su auxilio aunque las posibilidades de morir son muchas y las de sobrevivir muy pocas”. Ante este emotivo exhorto la guarnición entera da un paso al frente. De entre ellos, Agulla elige a 15 legionarios de segunda que pone bajo el mando del legionario de primera Suceso Terrero López. (Agulla ha querido ponerse el primero al mando de la pequeña expedición de socorro pero el mando no se lo autoriza). Carlos Micó, que también ha querido marchar junto a ellos no es autorizado SRU$JXOOD DO QR FRQWDU pVWH FRQ DXWRULGDG VX¿ ciente para encomendar una misión tan peligrosa a un “agente de enlace” del Tercio. Despide el teniente con profunda emoción a sus hombres y llegados estos al blocao, en cuyas alambradas ya han caído los dos primeros legionarios, se presenta Suceso Terrero al teniente jefe al que ya encuentra gravemente herido, quien le agradece su presencia y su ayuda, disponiendo que de inmediato participen en la defensa junto a los soldados “disciplinarios”. La noche ya ha cerrado y el fuego rifeño no sólo no decae sino que va en aumento. Pasada la medianoche y en las primeras horas del día 16 de septiembre, el Blocao de Dar-Hamed aún resiste. Muerto el teniente jefe, HOVXER¿FLDO\HOFDERGHOD%ULJDGD'LVFLSOLQDULD que le sucedieron en el mando, a estas horas de la madrugada el mando ha recaído en el legionario de primera Suceso Terrero López del Tercio de Extranjeros. Y he aquí, como el azar que rige nuestras vidas ha dispuesto, que un modestísimo legionario de 1ª, que ya había lucido bombas ÀDPtJHUDVHQHOFXHOORGHODJXHUUHUDGHVXDQWH rior uniforme de artillero, en una noche de terrible refriega, se encuentre al mando de un pequeño JUXSR GH KHURLFRV VROGDGRV TXH GH¿HQGHQ XQD posición amparada por la Bandera de España. Y el fuego rifeño no cesa. Y la situación tiende a devenir en gravísima. Sobre las dos de la madrugada del naciente día 16 de septiembre, muertos o heridos la mayoría de los defensores, y ante la inminencia de un asalto por parte de los rifeños, manda Terrero a los pocos hombres que le quedan útiles para la defensa, que armen el cuchillobayoneta y se dispongan a morir por la Patria defendiendo el blocao, a la par ordena al legionario Ernesto Miralles Borrás y al soldado disciplinario Marcelino Mediel Casanova, duchos en la orientación nocturna, que salgan del blocao y por itinerarios distintos intenten llegar al Atalayón e informar al teniente Agulla de la crítica situación en que se encuentran. Pero los insumisos cabileños no se atreven a llegar al asalto, tienen mucho más fácil acabar con sus defensores destruyendo el blocao a cañonazos. A tal efecto, y hacia las tres y media de la madrugada (hora calculada a la estima pues no hubo supervivientes), el enemigo ha acercado una pieza a unos cien metros del blocao, la dispara y de Dar-Hamed se eleva el fulgor de una gran llamarada que sube hasta el cielo causando la muerte de todos sus defensores. El Blocao de Dar-Hamed que ya era conocido como “El Malo” pasaría a llamarse “El Blocao de la Muerte”. No hubo una Laureada, ni tan siquiera una “Cristina” para Suceso Terrero ni para ninguno de sus heroicos defensores, tan sólo unos modestos galones de cabo, depositados “A título póstumo” sobre el féretro de Terrero, fue su postrer premio a tan preclara hazaña. Y volviendo a nuestro protagonista Carlos Micó, a quien habíamos dejado en la posición del Atalayón, un poco molesto con su amigo el teniente Agulla, por no haberle dejado acompañar a los dieciséis voluntarios que acudían a socorrer a los defensores del Blocao de Dar Hamed, se encara cariñosamente con él y le dice “¿Por qué no me has dejado ir, mi teniente?, cuando bien sabía Micó que su amigo Eduardo, como jefe del destacamento no podía asignar misión alguna a un “enlace del Tercio”. Y en estas estaban, cuando el heliógrafo de campaña, transmite su luminosa orden en el sentido de que el legionario Carlos Micó se incorpore con urgencia a la Plana Mayor de su Bandera (la I), pues el comandante Franco lo requiere a su lado en su condición de “agente de enlace” de la misma. Se despide Micó del teniente Agulla y de todos los legionarios que guarnecen el Atalayón y parte hacia el vivac donde se encuentra la Primera Bandera del Tercio, preparada y dispuesta para entrar de nuevo en operaciones. Nada más llegar, se presenta Micó al comandante Franco, quien le ordena que ocupe su puesto junto a él, como agente de enlace, y a caballo por ser “plaza montada”. En esas primeras horas del día 17 de septiembre de 1921, en una reunión previa al inicio de la acción, el teniente coronel Millán- Astray es herido grave de un balazo en el pecho, cuando se encontraba formando grupo con el co- PDQGDQWH )UDQFR \ RWURV R¿FLDOHV HVWXGLDQGR HO 48 531 · II-2015


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