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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

LA INTELIGENCIA MILITAR EN LA PENÍNSULA IBÉRICA... 23 considera que en 1343 Alfonso ordenó que veinte mil maravedíes, una cantidad considerable, de las alcabalas de la ciudad de Murcia y el obispado de Cartagena se utilizaran para la reparación de muros y adarves. Si se tiene en cuenta que solo se trata de dos localidades, se puede entonces tener una idea más concreta de las grandes cuantías designadas para gastos de fortificación y para la defensa de la frontera36. Después de los grandes esfuerzos por construir y mantener la red fronteriza, hay que explorar qué acontecimientos causaban alertas en el sistema de vigilancia. O sea, ¿en busca de qué exactamente iban los escuchas, atalayas y otros soldados en sus patrullas y misiones? En primer lugar, siempre era importante el conocimiento de la topografía local, las rutas de acceso y otros factores de índole geográfica. Esto se puede ver en 1292, cuando Sancho IV decidió sitiar Tarifa en vez de Algeciras debido a que le aconsejaron que las rutas de acceso terrestres y marítimas eran más estrechas y por tanto le favorecían37. El estar al tanto de las condiciones locales le sirvió bien a Alfonso XI en su captura de Pruna, ya que supo dirigir sus ataques desde una parte más alta y de difícil acceso pero menos defendida por los musulmanes38. Durante la campaña del Salado, el conocimiento del área permitió que los ejércitos cristianos llegasen a salvo y luego, según la topografía de los alrededores de Tarifa, pudiesen organizar sus ejércitos y flota de manera más ventajosa39. En segundo lugar, se debía hacer sonar la alarma cuando se hallasen señales de evidente peligro. Una indicación casi universal de la llegada inminente de un ejército era si alguna localidad específica mostraba señales de haberse preparado; por ejemplo, el haber recogido las cosechas, trasladado el ganado a las fortalezas u otros lugares más seguros y evacuado el área a la espera de la marcha de tropas. Esto se pudo ver en Orihuela en 130840, durante el conflicto final entre Alfonso XI y don Juan Manuel, y durante las ofensivas de este monarca en el verano de 133941. Pero la inteligencia más importante que buscaban era sobre la posición, movimientos y condiciones del enemigo, especialmente cuando se 36  Ibídem, pp. 455-56, doc. 402, «Provisión real de Alfonso XI a los recaudadores de alcabala en la ciudad de Murcia y obispado de Cartagena» con fecha de 5 de enero de 1343. 37  Crónica del rey don Sancho: op. cit., vol. I, p. 86. 38  Crónica de Alfonso onceno: op. cit., vol. I, p. 208. 39  CATALÁN, Diego: Gran Crónica de Alfonso XI. Ed. Editorial Gredos, Madrid, 1977, vol. II, p. 407. 40  FERRER I MALLOL, María Teresa: op. cit., pp. 249-50, doc. 30, «Carta de Ferrer Descortell a Jaime II» con fecha de 1 de junio de 1308. 41  VEAS ARTESEROS, Francisco de Asís: op. cit., pp. 367, 428, docs. 322, 376, «Albalá de Alfonso XI al concejo de Murcia» con fecha de 10 de agosto de 1336; «Carta abierta de Alfonso XI al adelantado de Murcia» con fecha de 27 de julio de 1339. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 11-40. ISSN: 0482-5748


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