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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

24 NICOLÁS AGRAIT CORDERO trataba de operaciones militares y no de simples malhechores. En el caso de las fronteras, la actividad bélica abundaba durante este período, así que la adquisición y envío de información de esta índole eran un proceso constante. En 1285, los centinelas de Sancho IV, estando en Jerez de la Frontera, lo informaron de que el ejército del sultán benimerín Abū Yūsuf Ya’qūb (1259-86) estaba en condiciones débiles por falta de provisiones después de retirarse de las murallas de Jerez. Esta información convenció al monarca de que el curso apropiado era perseguir al sultán y obligarlo a luchar en batalla campal, aunque no pudo convencer a sus seguidores nobles y tuvo que conformarse con abastecer varios castillos locales antes de regresar a Sevilla42. La actividad de las velas y atalayas en la frontera no se detuvo, como en 1296 cuando se descubrió que un ejército granadino se había adentrado en territorio cristiano, causando gran daño, o en 1302 cuando Bedmar cayó en manos musulmanas43. El mismo proceso se puede observar en la tensa región fronteriza de Granada, Murcia y Valencia, en donde se detectó un elevado número de movimientos y entradas por parte de fuerzas granadinas durante el principio del siglo44. Durante el reinado de Alfonso XI el flujo de información continuó formando parte de todas las acciones ofensivas y defensivas en la frontera. En 1327, las noticias de un brote de inestabilidad política en Granada ciertamente estimuló en parte al monarca a conducir una campaña en la frontera45. Seis años después, las alertas ante el sitio y captura de Gibraltar por parte de los meriníes obligaron a Alfonso a organizar un muy apresurado, y no exitoso, esfuerzo para recuperarla. Al final de la década, Abū Mālik lanzó una serie de expediciones desde Algeciras y Gibraltar que tuvieron una alarmante penetración en territorio castellano. Sin embargo, la recopilación de inteligencia por los escuchas y atalayas sobre las tropas marroquíes y sus movimientos permitió no solo que las fuerzas locales detuviesen la ofensiva, sino además que las milicias cristianas pudie- 42  Crónica del rey don Sancho: op. cit., vol. I, pp. 71-72. 43  Crónica del rey don Fernando Cuarto: op. cit., vol. I, pp. 106, 125. 44  FERRER I MALLOL, María Teresa: op. cit., pp. 235-36, 242-43, 245-46, 249-53, docs. 15, 22, 26, 30, 32-33. «Gil Eiximenis Romeu traslada a Roger de Lluria una carta que recibió de Bertrán de Canelles, procurador del reino de Valencia» con fecha de 4 de octubre de 1304; «Carta del justicia y los jurados de Cullera a los de Valencia» con fecha de 25 de junio de 1305; «Carta de Gombau d’Entença, procurador del reino de Valencia, a Jaime II» con fecha de 29 de abril de 1307; «Carta de Ferrer Descortell a Jaime II» con fecha de 1 de junio de 1308; «Comunicación del concejo de Elx a Pero López de Rufes, lugarteniente de Calaforra de Elx y Xixona» con fecha de 6 de junio de 1308; «Carta del concejo de Guardamar a Jaime II» con fecha de 6 de junio de 1308. 45  VEAS ARTESEROS, Francisco de Asís: op. cit., pp. 87-88, doc. 75, «Albalá de Alfonso XI al concejo de Murcia, respondiendo a la carta que le habían enviado sobre la situación en Granada» con fecha de 20 de enero de 1327. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 11-40. ISSN: 0482-5748


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