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REVISTA DE HISTORIA NAVAL SUP 21

La referencia española más clara a la paternidad del Princesa la encontramos en Gervasio de Artiñano, lo que le convierte en el creador más probable de la leyenda que aquí discutimos. En su conocida obra de 1920 Arquitectura naval española escribía, notas a pie de página incluidas: «Navíos de esta construcción Gaztañeta-Autrán cayeron en poder de los ingleses, constructores eminentemente prácticos. Citaré al Princesa y al Glorioso (…) La excelencia de estos buques fue tal que sus nuevos dueños decidieron copiarlos, y así lo hicieron (…) = El célebre Royal George, uno de los tipos que luego los ingleses más han encomiado, es la copia, a escala algo mayor, del Princesa (*) (análoga al Glorioso, reproducido en nota), y se copia —exagerándolo aún— precisamente por el que Vigodet (**) llama defecto. Son los historiadores ingleses los que unánimemente hacen constar este importantísimo hecho (…) = Y conserva exactamente el mismo lanzamiento, que es el otro punto que, por excesivo, critica Vigodet en el sistema de Gaztañeta. Este, por tanto, se reputaba por los técnicos coetáneos excelente y digno de imitarse en cuanto a proporciones, y se adelantó a su tiempo. »(*) Prescindiendo de Charnock y de su fantástica tabla (t. II, pág. 175), que ya comenté, véase este otro autor, Holmes: “The capture, with great difficulty, of a Spanish ship of seventy guns, named the Princessa, in 1740, by three British men-of-war of equal rating, but far inferior dimensions, was one of the events that first opened the eyes of the Admiralty to the defects of their vessels. The first attempt towards introducing a better type of ship was made in 1746 when the Royal George, famous for her size, her services, her beauty and misfortune, was laid down. She was not launched until 1756 (HOLMES, p.125)”. »(**) En esta nota, Artiñano incluye la tabla y el texto de Fincham ya citados » (27). Observamos dos importantes errores en estas líneas de Artiñano: — en primer lugar, exagerando las palabras de Holmes, al que cita en su nota al pie, llama «copiar» los planos a lo que fue meramente «introducir un tipo mejor de navío»; — en segundo lugar, de la tabla de Fincham no se pueden deducir los lanzamientos. Esta tabla no recoge la quilla real, sino la que se utilizaba para el cálculo del arqueo. Dicha quilla de arqueo, como explicara Sutherland (28), se medía desde la cara de popa del codaste hasta un punto situado a popa de la perpendicular del alefriz de la roda una distancia igual a los 3/5 de la manga extrema, la cual incluía la tablazón exterior. (27) ARTIñANO, pp. 220-222. (28) SUTHERLAND, p. 76. AñO 2015, SUPLEMENTO N.º 21 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 128 15


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