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Historia y Cultura Naval añade que ha iniciado las gestiones para la repatriación de los retenidos en Cabo Verde. Fue llamado a Valladolid y llevó consigo los indios que traían, los regalos de sus reyes, pájaros raros y unas muestras de canela, clavo, pimienta y nuez moscada para que las disfrutara el emperador. Carlos V, concedió al guetariano una pensión de 500 ducados anuales, lo ennobleció otorgándole su escudo de armas en cuyo cuartel superior figura un castillo de oro sobre campo de gules y en el inferior unos palos de pimienta, clavo,nuez moscada, justo lo que había entregado al Rey. En la cimera, un globo terraqueo con la leyenda: «Primus Circundedisti Me». «Fuiste el Primero en Circunnavegarme ». La carga de clavo y otras especies que la Victoria trajo, cubrió con creces los gastos de la expedición. Semanas más tarde llegaron a Sevilla los trece hombres retenidos en Cabo Verde. La Nao Victoria Acerca de la nao Victoria, algunos historiadores cuentan que «se custodió en Sevilla para su eterna recordación» pero la versión más creíble es el testimonio del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, para quien la Victoria «se perdió en un viaje de vuelta de Santo Domingo, que nunca más se supo de ella, ni de los que en ella iban». La atracción irresistible de la mar La aparición de Portugal como país competidor en el comercio de la especiería y la existencia del tratado de la línea divisoria establecido en Tordesillas por el papa Alejandro VI, provocaba enfrentamientos en la determinación de estos límites. Intentando llegar a un acuerdo amistoso en 1524 se nombra una Junta Internacional en Elvas, sin llegar a un resultado definitivo por falta de datos exactos y debido a la falta de medios para situar esa línea establecida para separar los territorios descubiertos o por descubrir por ambos países. La Junta se disolvió y las dos potencias hicieron lo posible para extender sus dominios en Las Molucas. España organizó una escuadra de siete naves con 450 hombres con el objeto de conquistar y colonizar estas islas y en la que Elcano, no fue como se esperaba el jefe de la expedición. El emperador nombró para dirigirla a García Jofre de Loaysa, perteneciente a una familia ilustre. Tal vez quiso evitar rivalidades entre iguales y así Loaysa sería el jefe militar y político y Elcano tendría el mando en lo que se refería a la navegación. Partieron de La Coruña el 24 de julio de 1525, ciudad donde había sido fundada una Casa de Contratación de la Especiería. La flota cruzó el Atlántico hasta la entrada del estrecho de Magallanes donde una feroz tormenta arrojó de la embocadura del estrecho a la San Lesmes, empujándola hacia el sur. Su capitán Francisco de Hoces sobrepasó el final el continente americano, adentrándose en las aguas que separan la Antártida de la Tierra de Fuego y vio un cabo que al conseguir reunirse con el resto de la expedición definió como que «había estado donde se acababan las tierras». Había descubierto el Cabo de Hornos, cien años antes que lo hicieran los holandeses, que gozarían ante la mayor parte del mundo la fama de haber sido sus descubridores. Muerte de Juan Sebastián de Elcano. ¿Escorbuto o Ciguatera? La expedición en la cual seguirían Loaisa y Elcano, perseguida por la 38 BIP Reproducción de la Nao Victoria en el Puerto de San Julián.


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