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REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2014

146 JUAN LUIS SÁNCHEZ MARTÍN escalafón,147 algunos de ellos desempeñando funciones cortesanas junto al Rey, que ni por sí mismos, ni por parte real, habrían dejado. Esto es algo que Pons no podía ignorar, lo que prueba que su voluntad de servir en campaña, de exponerse de nuevo a los riesgos de la guerra, cobraba para él una impor-tancia mayor que cualquier promoción a gobiernos civiles donde fuera ya cabeza visible. Quizá la idea subyacente fuera la de borrar el baldón de no haber servido en 1713. Sabemos que estaba en la Corte, al menos desde abril de 1720, para ofrecer su espada y su sangre a su rey y a su patria amenazadas. No ha quedado, o no he sido capaz de hallar, constancia de sus pretensiones ni de las posibles respuestas que recibiera, o si estas pudieron forjar en él vanas expectativas que expliquen su dilatada ausencia de Badajoz. No podían ya sino concentrarse en poder acudir al socorro de Ceuta, sobre el cual se trabajaba en la Corte desde marzo. En septiembre ya parecía claro que no iría. No me cabe duda de que don Miguel debió de percibir el enrocamien-to real y sufrir mucho por lo que debía reputar de inmerecida respuesta a su pretensión, tanto más de haber mediado alguna palabra o gesto espe-ranzadores. Para colmo, llegó a faltarle también el balsámico consuelo del hermano mayor, el tan mentado en estas páginas conde de Robres, que falleció en Sangarrén (Huesca), solar de la baronía paterna, el 26 de septiembre de 1720. La noticia debió de recibirla en Madrid, coincidiendo con la publicación de los cuadros que debían partir a embarcarse en Cádiz para la expedición ceutí y el vencimiento de su licencia, cuya duración máxima solía ser de seis meses. Pero no regresaría a Badajoz. Cada vez más deprimido y abatido, enfermó de una gravedad tal que se vio precisado a otorgar testamento el 20 de noviembre de 1720, ante el notario madrileño D. Manuel López.148 Nombró por heredera al único pariente vivo que le quedaba, su sobrina doña María Josefa Pons de Mendoza, condesa de Robles y Aranda, y por albacea testamentario al abad del Real Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, 147  1) D. Pedro de Zúñiga Dávila y Quiñones, marqués de Mirabel; 2) D. José de Salazar y Gutiérrez de Ris, caballero de Santiago, teniente de RR.GG.CC.; 3) D. Tomás de los Cobos y Luna, marqués de Parga; 4) D. Marcelo Ceva Grimaldi, marqués de Ceva; 5) D. Lorenzo Fernández de Villavicencio, marqués de Valhermoso; 6) D. Claudio Abraham de Tubières, marqués de Caylus; 7) D. Jorge Próspero de Verboom, marqués de Verboom; 8) D. Diego de Alarcón Infante, designado aquel mismo año (1719), comandante general de Guipúzcoa; 9) D. Luis de Zúñiga, teniente de RR.GG.CC.; 10) D. Juan Manuel Fernández Pacheco, mar-qués de Villena, caballero del Toisón de Oro, mayordomo mayor del rey; 11) D. Baltasar Victorino de Moscoso y Galindo, marqués de Navamorcuende, y 12) D. Ignacio Francisco de Glymes de Brabante, conde de Glymes. 148  AHPZ, Hijar-Aranda, 1/24,70. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2014, pp. 87-148. ISSN: 0482-5748


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