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REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2014

94 JUAN LUIS SÁNCHEZ MARTÍN 1720, sin haber llegado a cumplir los 44 años de edad, tratando de conseguir su regreso a los campos de batalla, que hollaba desde 1698 y que le habían procurado su honra y fama, siendo reputado como «uno de los héroes de la guerra de Sucesión».10 Recorrer esa vida breve, pero intensa, significada por venturosos hechos de armas que le procuraron una de las más rápidas promociones al alto ge-neralato que registran los anales militares españoles, será lo que nos ocupe en las páginas que siguen. I. NACIMIENTO, LINAJE Y PARENTELA Sabemos que D. Miguel Pons de Mendoza nació en la ciudad de Barce-lona en diciembre de 1676, pero desconocemos el día en que vino al mundo. No consta este dato en su partida de bautismo, aunque solía consignarse, incluso hasta la hora del natalicio y la casa donde tuvo lugar, en otras de su época, sobre todo en las relativas a hijos de la nobleza, como era el caso. Pero considerando que era práctica habitual, salvo cuando se temía por la vida del neonato, cristianizarlo entre el séptimo y duodécimo días poste-riores al nacimiento, puede conjeturarse que naciera entre el 24 y el 28 de diciembre de 1676. En todo caso, sabemos que su padre, que servía por en-tonces como capitán de caballos corazas del Tercio de Osuna en el ejército de Cataluña, solicitó licencia para hallarse presente en el nacimiento del hijo, que le fue concedida el 14 de diciembre.11 10  PEZUELA Y LOBO, Jacobo de: «El Conde de Aranda», en Revista de España, núm. 25, 1872, pág. 30. Naturalmente, tampoco escapó la figura de don Miguel a sus contemporáneos. Castellví, San Felipe, Belando, Macanaz y el marqués de Santa Cruz de Marcenado le citan en sus obras, pero ninguno lo hizo en términos tan elogiosos y encendidos como el jesuíta aragonés RANZÓN, Pascual: Gloria de Tarazona, merecida en los siglos passados de la antigua naturaleza de sus hazañas. Madrid, 1708, pág. 272: «Partióse en marchas apresu-radas a buscar al Brigadier Don Miguel de Pons y Mendoza como las palomas, rogando a Júpiter, buscaron al gavilán por rey para verse después hechas pedazos entre sus uñas». El autor, fecundo en símiles complejos, nos revela que don Miguel fue conocido con el apodo de el Resucitado en otro párrafo de dicha obra (pág. 328): «y el animoso Mariscal D. Miguel de Pons y Mendoza, a quien llaman Resucitado, pensando mal que puede morir el valor de su espíritu». También ROCA I MARIA, Sebastiá, Arte francés de Roca, Barcelona, 1750, en la dedicatoria sin paginar a la condesa viuda de Aranda, sobrina de don Miguel y madre del famoso conde de Aranda, escribe que «el Theniente General Don Miguel de Pons, glo-riosísimo tío de V.ª Exc.ª, que en servicio de Phelipe V el Animoso midió casi sus pasos con sus victorias». 11  ACA, Órdenes Militares, Gran Priorato, Libro 472/16, Provas de la noblesa, limpiesa y con-saguinitat del noble don Miguel Joseph de Pons Mendoça y Çalba. Certificación expedida en Barcelona, en abril de 1697, por D. Manuel Rodríguez Bravo de Hoyos, contador principal del Extº de Cataluña por S.M., fol. 146. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2014, pp. 87-148. ISSN: 0482-5748


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