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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 129

UNAS ANOTACIONES SOBRE LA CONSTRUCCIóN y BOTADURA DEL CRUCERO... da con objeto de que la hiciera llegar al presidente del Consejo. A primeros de octubre la misma comisión visitaba al presidente del Consejo de Ministros, Sagasta, a quien interesaban la pronta y favorable resolución del referido asunto. Don Práxedes prometió estudiar lo solicitado, pero advirtió de que en su decisión se supeditaría a lo que dispusiese del ministro de Marina. Sin embargo, este, el gaditano Manuel Pasquín y de juan, la desestimó escudándose en las condiciones de la concesión, que autorizaban la construcción en el extranjero. La prensa bilbaína reaccionó con vehementes artículos contra Sagasta, cuya impopularidad se imputaba a su oposición a todo cuanto interesaba a la producción nacional, de modo que se le instaba a que se retirara del poder. En la construcción del Carlos V se dieron cita distintas industrias europeas. Los blindajes para las torres y el acero cromado se encargaron a Krupp; la empresa Forges et Chantiers de la Mediterranée suministró los mecanismos de las torres, mientras que la roda y el codaste se encargaron a William jessop and Sons, y las cadenas y el ancla, a Hingley and Sons y Wetherton Iron Works. El servomotor fue obra de Emerson, Walker & Thompson Bros., Limited. Las planchas de la cubierta protectora, de 112 milímetros, fueron proporcionadas por john Brown y Compañía, y la sociedad La Felguera Duro y Compañía asumió el aprovisionamiento del acero en planchas y barras y perfiles ordinarios de hasta 22 milímetros de espesor. Las máquinas y calderas fueron construidas por la Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona, aunque con materiales extranjeros. Por último, la instalación eléctrica del buque fue responsabilidad de la sociedad francesa Breguet. A mediados de febrero de 1895 quedaron montadas las hélices y se iniciaron los trabajos de retirada de los andamios y obstáculos con vistas a la botadura. La botadura del Carlos V Con antelación a la botadura del crucero se celebraron en la capital gaditana unos coloristas festejos patrocinados por el Ayuntamiento y la Diputación, a los que se adhirieron numerosas sociedades. Se quería dejar constancia de la capacidad del astillero para futuros proyectos y lanzar una llamada de atención al Gobierno a fin de que dejara de adquirir buques en los astilleros ingleses cuando podía dar trabajo a los nacionales. El buque fue visitado por más de 3.000 personas, que ensalzaron sus condiciones técnicas, orgullo de la industria naval española y gaditana. Antes de la botadura, con barrenos, en la antegrada se efectuaron voladuras controladas, para limpiar de piedras el canal por donde tendría que discurrir el buque, que una vez a flote pasaría a la dársena del astillero para continuar las obras. El 6 de marzo se colocaba el ancla de babor y se estibaba la cadena en su caja. Al día siguiente se hacía lo propio con la de estribor y se extendían en la cama central 4.000 kilos de sebo para facilitar el deslizamiento del buque. Las operaciones de lastrado de la nueva unidad, por fin, habían finalizado. El Carlos V blandía tres grandes astas en las que flameaban sendas banderas Año 2015 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 41


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