Page 41

MEMORIAL INGENIEROS 89

MEMORIAL DE INGENIEROS Nº 89 TRANSMISIONES 40 2.- INTRODUCCIÓN Las situaciones de crisis, catástrofes o emergencias, provocadas por fenómenos naturales, instalaciones o infraestructuras tecnológicas o del origen humano más pernicioso, han puesto de manifiesto la urgente necesidad de crear y fortalecer lazos para conseguir una coordinación eficaz entre los organismos gubernamentales, civiles y militares, asociaciones humanitarias, corporativas o voluntarias, llamadas a participar en la gestión de crisis, operaciones de apoyo a la defensa civil y en todas las actividades de ayuda humanitaria en general. La Directiva de Defensa Nacional del año 2008 (DDN-2008) mantiene la línea marcada por su precedente del año 2004, y se reafirma en este sentido marcando ex profeso en el apartado “Planteamientos Estratégicos” que en el ámbito nacional, las Fuerzas Armadas deben responder a una demanda cada vez mayor de la sociedad española de que las administraciones públicas respondan eficazmente ante situaciones graves de emergencia. Las Fuerzas Armadas pueden contribuir a paliar en gran medida sus efectos, aportando capacidad de reacción rápida, disponibilidad y preparación para afrontar este tipo de situaciones. En este escenario, destacó la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en octubre de 2005 que viene a ampliarse con la DDN 2008 en la que la aportación de la Defensa a la Seguridad Nacional trata de promover la plena integración de la Unidad Militar de Emergencias en el Sistema Nacional de Protección Civil, sobre la base de la cooperación entre Administraciones Públicas en esta materia. La Estrategia Española de Seguridad (EES) aprobada en Consejo de Ministros de 24 de junio de 2011 establece que “España tiene suficientes medios preventivos y de gestión para responder adecuadamente a las amenazas y riesgos causados por el hombre o de origen natural, como el Sistema Nacional de Protección Civil y la Unidad Militar de Emergencias”. Para contribuir a preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos y de sus bienes, cuando una catástrofe o calamidad las ponen gravemente en peligro, se exige una gestión eficaz de las situaciones de emergencia. En este sentido, se requieren sistemas de información y telecomunicaciones (CIS) avanzados que faciliten una respuesta rápida, enérgica y eficaz, a los riesgos afrontados, que den servicio a redes y sistemas de vigilancia, alerta y gestión coordinada, y que solventen, entre otros problemas, la indisponibilidad de medios y la vulnerabilidad de infraestructuras y sistemas de telecomunicaciones en estos casos. Las catástrofes producen consecuencias múltiples y simultáneas en los sistemas de información y telecomunicaciones, ya que se producen necesidades temporales adicionales en un momento en el que las redes y sistemas permanentes están menos disponibles y soportan una sobrecarga. En estas situaciones el suministro de servicios de telecomunicaciones e información a los organismos responsables en la gestión de emergencias debe estar garantizado y coordinado, para lo que se precisa obtener el máximo partido de los recursos disponibles creando al mismo entornos colaborativos entre los organismos implicados. La aparición de la UME en escena exige al Ministerio de Defensa mirar al CIS desde un prisma hasta la fecha desconocido. La necesidad de colaboraciones online y compartición de recursos con organismos civiles que tiene la Unidad Militar de Emergencias, implica necesariamente una revisión.


MEMORIAL INGENIEROS 89
To see the actual publication please follow the link above