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EJERCITO DE TIERRA SEPTIEMBRE 2016

REVISTA EJÉRCITO • N. 905 SEPTIEMBRE • 2016  107  SECCIONES FIJAS El corsario inglés John Hawkins se dedicaba a atacar los barcos españoles que partían repletos de mercancías valiosas. Pero lo que realmente preocupaba a Felipe II era la presencia de los franceses, que habían conseguido establecer un fuerte (Fort Caroline) un año antes en tierra firme y que igualmente hostigaban los movimientos españoles. Esto sí era un serio revés, ya que la posición estratégica de La Florida podría dificultar el tráfico comercial español. Además, los franceses de Fort Caroline eran protestantes calvinistas, hugonotes, y eso era una amenaza adicional. La primera expedición francesa que en 1562 llegó a La Florida estuvo al mando de Jean Ribault, con René Laudonnière como capitán. Fue una reducida avanzadilla de reconocimiento que, con ayuda de los indígenas, recorrió la zona (en torno al río que ellos mismo bautizaron como Mayo) y construyó un pequeño fuerte (Fuerte Carlos) que albergaba un retén a la espera de refuerzos de Francia. Los refuerzos tardarían en llegar, pero en junio de 1564 Laudonnière y Ribault fundan un nuevo fuerte más grande y más preparado, al que llamarían Fort Caroline. Este nuevo asentamiento, como hemos citado, hizo saltar las alarmas en España y provocó la organización de la flota que, al mando de Menéndez de Avilés, partió de urgencia hacia La Florida. Los costes de la flota correrían a cargo de Menéndez, excepto el galeón San Pelayo y su tripulación (unos 300 hombres), costeado por la Corona. Como contraprestación, el avilesino sería recompensado mediante concesiones económicas especificadas en su asiento como adelantado. En total, Menéndez partiría con una flota de 16 barcos y alrededor de 1.300 hombres. La llegada de informes desde Francia, en los que se advertía que preparaban otra flota para reforzar sus colonias en La Florida, precipitó la salida de Menéndez, que partió de Cádiz el 28 de junio de 1565. Por desgracia, una fuerte tormenta les sorprendió al poco de zarpar y partió el convoy, por lo que varias embarcaciones tuvieron que regresar a puerto. Solo el San Pelayo y pocos barcos más consiguieron llegar juntos a Puerto Rico a principios de agosto, mientras que el resto irían llegando poco a poco y en muy mal estado. Ante esta situación Menéndez ordena reparar los barcos a la mayor brevedad para poder partir cuanto antes a La Florida. Sin embargo, malas noticias le llegaban de allí, pues los refuerzos franceses ya habían llegado a Fort Caroline. LA CONQUISTA DE LA FLORIDA El 28 de agosto de 1565 desembarcaron en las costas de La Florida y, con ayuda de los indígenas, encontraron un excelente puerto natural donde fundar San Agustín. También les fue revelada la ubicación de los franceses, gesto que premiaron con diferentes regalos, y se inició entre ellos una buena relación que en el futuro sería imprescindible. Los franceses se hallaban al norte, a unos 58 kilómetros de su posición, cerca del delta del río Mayo. Una vez asentado en San Agustín, pone rumbo al norte y el 5 de septiembre de ese mismo año se produce el primer contacto con las embarcaciones francesas. La situación era favorable para el asturiano, pues los barcos no contaban con mucho personal al estar este en tierra, por lo que decidió acercarse a ellos y entablar parlamento preguntando quiénes eran, quién estaba al mando y cuál era su misión, a lo que respondieron diciendo que eran franceses calvinistas al mando de Jean Ribault y que traían artillería, infantería y más suministros para el fuerte que el rey de Francia tenía en esas tierras. Pero los barcos españoles se hallaban en peores condiciones por los desperfectos sufridos en su viaje como consecuencia de los temporales y el adelantado decidió retirarse por el momento. Tras ser informado de lo sucedido con la flota española, Ribault decide salir a la búsqueda de los navíos, convencido de su superioridad, pues las lentas y maltrechas naves españolas no podrían ofrecer resistencia. Manda pues embarcar a la mayor parte del personal de Fort Caroline para acabar con el asentamiento del Adelantado. Los franceses no tardaron mucho en encontrar el puerto de San Agustín y, en efecto, era clara su superioridad, sobre todo teniendo en cuenta la decisión adoptada por Menéndez de enviar los grandes navíos, como el San Pelayo, hacia La Española y Puerto Rico. El escaso calado en el puerto de San Agustín les obligaría a atracar en el canal y quedar en una posición muy vulnerable frente a posibles asaltos. Mientras Ribault organizaba el ataque se desató una fuerte tormenta que le obligó a retroceder,


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