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REVISTA IEEE 4

98 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 4 / 2014 litoral. Sin embargo, cuando a mediados de la década de 1990 el Almirante Cebrowski – basándose en el “sistema de sistemas” que el Almirante Owens había propuesto años atrás – sugirió que la guerra en red era la esencia de la RMA, la Armada apadrinó inmediatamente esta idea y la situó en la cúspide de la revolución naval. La vocación expedicionaria, la guerra litoral, las operaciones en red, la supremacía oceánica y la controvertida batalla aero-naval – son requisitos recientemente planteados, temiendo Estados Unidos que países como China puedan disputarle el control del mar y negar el acceso a ciertos zonas de interés del planeta – constituyen los ejes de una transformación naval condicionada por la herencia de la Guerra contra el Terror y la grave crisis económica que nos afecta. Teniendo esto en cuenta, realizaremos una vista panorámica de los cambios tecnológicos, operativos y orgánicos desarrollados por la U.S. Navy desde el fin de la Guerra Fría, para enfrentarse con éxito a los inciertos retos del siglo XXI. 2. LOS FUNDAMENTOS DE LA TRANSFORMACIÓN NAVAL La Armada ha sido históricamente uno de los principales resortes de la política exterior americana. Durante la Guerra Fría, tuvo un papel central en la estrategia militar,3 protegiendo las líneas de comunicación marítimas entre Estados Unidos y sus aliados, acechando a la flota soviética mientras se le negaba el control del mar y custodiando los submarinos lanzamisiles, el más temible elemento de la tríada nuclear.4 3  Un completo análisis de la Armada estadounidense durante la Guerra Fría puede hallarse en: MAROLDA, Edward: “Cold War to Violent Peace”, en HOLLAND, William (ed.): The Navy, Washington DC: Naval Historical Foundation, 2000, pp. 105-132). No obstante, es importante recordar que los fundamentos de la U.S. Navy actual se establecieron en la década de 1980, cuando para contrarrestar la estrategia naval soviética planteada por el Almirante Gorskhov, la Administración Reagan propuso la construcción de más y mejores buques; entonces, se propuso la Armada de los 600 navíos, se integraron en red los elementos de la flota y el sistema antiaéreo Aegis y el misil de crucero Tomahawk entraron en servicio) e implementó una agresiva estrategia orientada a negar el control del mar a la flota soviética y obligarla a replegar los submarinos lanzamisiles a las sus costas o el Mar Negro, posibilitando con ello su destrucción en caso de guerra nuclear (HATTENDORF, John: The Evolution of the U.S. Navy’s Maritime Strategy, 1977–1986, Newport: Naval War College, 2003). 4  Este concepto se forjó en Estados Unidos durante la Guerra Fría para definir los tres vectores – misiles balísticos intercontinentales de lanzamiento terrestre (ICBM), misiles balísticos de lanzamiento submarino (SLBM) y bombarderos – de ataque nuclear estratégico. Contar con esta tríada nuclear garantizaba la supervivencia del arsenal atómico en caso de ataque preventivo y posibilitaba la capacidad de contraataque, reforzando así la disuasión. Además, la difícil ‘detectabilidad’ de los submarinos lanzamisiles, y su capacidad para lanzar misiles desde cualquier punto del océano, convertían a los


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