Armas y Cuerpos Nº 134 43 El emperador Carlos V como el granate, tal como se ve en el retrato del capitán Leone Gentile, de la colección del BBVA. En el extremo opuesto al granate, por oscuro, no se encuentran sin embargo tonos claros del rojo porque peligrosamente podrían interpretarse en la distancia o con visibilidad reducida a causa del humo o el polvo de la batalla con el color naranja distintivo de las bandas y fajas de las tropas rebeldes holandesas. Una referencia especial ha de hacerse al púrpura, color con el que se han representado las bandas del cuadro ‘Las lanzas’ de Velázquez, o la del militar del cuadro ‘Vista de Zaragoza en 1647’ de Juan B. Martínez del Mazo. El color púrpura puede ser considerado como una variante del carmesí tirando a rosa intenso, formando parte del abanico defi nido genéricamente como ‘rojo’. Otra referencia a la variabilidad del color rojo a fi nales del siglo XVI nos la aporta Diego de Villalobos y Benavides: “Estaba don Luis de Velasco, maestre de campo muy de envidiar por su valentía; era hombre pequeño de cuerpo, bizco, estaba armado con unas armas fuertes negras = su armadura, llevaba una banda de gasa morada y estaba en muchas partes manchado de sangre”6. Todas estas consideraciones relacionadas con el rojo, el carmesí y el morado citados aquí han de hacerse a tenor de la variabilidad de tonos, y hasta de colores, intrínseca a los productos coloreados de manera artesanal, o limitadamente industrial, y en puntos tan distantes geográfi camente como Bruselas, Nápoles o Cádiz, por citar las ciudades con guarniciones de importancia más alejadas en el continente europeo. Sin embargo, rompiendo con una esperada uniformidad, aunque fuera relativa, en el color distintivo militar, hay casos en que en una misma compañía se ven fajas y bandas que no son del color rojo común, sino de color morado claro, amarillo o azul. Esta falta de armonía cromática sólo tiene como explicación la presencia de un ofi cial ‘agregado’ o ‘reformado’7, o la de un ‘aventurero‘8 procedentes, todos ellos, de otra nación aliada. De un exhaustivo análisis de los cuadros de militares individuales y de escenas de batallas de aquellos siglos se deducen los siguientes colores de las tropas que integraban los ejércitos de la Monarquía Hispánica: Los españoles: rojo Los fl amencos: púrpura Los ‘italianos‘9: verde Los portugueses: verde Los imperiales: amarillo Los ‘alemanes‘10: negro
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