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ARMAS Y CUERPOS 134

Armas y Cuerpos Nº 134 79 recurso utilizado por los artistas de la iconografía que no conocían las técnicas para lograr una perspectiva tridimensional. Esta reacción humana de temor contrasta con la expresión sosegada de madurez del rostro, que no indica sorpresa ni inquietud alguna. Con los ojos entornados, refl exivos y una mirada fi ja que se pierde más allá de los límites de la pintura, el autor quiere refl ejar su otra condición, la divina. Los Arcángeles, en menor proporción y en un segundo plano, Gabriel y Miguel miran a María. A la derecha del cuadro, Gabriel muestra la cruz griega de doble travesaño y cuatro clavos, a la izquierda, Miguel muestra la lanza y la esponja. Los ángeles no tocan los objetos con las manos sino con un paño, de esta forma el autor los muestra como instrumentos sagrados. Las Abreviaturas Griegas, que hay escritas sobre el Icono, se utilizan para identifi car a los distintos personajes y signifi can: MP OY: Madre de Dios, en los ángulos superiores del Icono. O AP M: el Arcángel Miguel, sobre el arcángel que está a su derecha. O AP G: el Arcángel Gabriel, sobre el arcángel que está a su izquierda. IC XC: Jesucristo, junto a la cara del niño. Con estos sencillos elementos y símbolos el inspirado artista cretense consiguió crear este bellísimo Icono, legando una maravillosa obra de arte y al mismo tiempo un objeto para el culto lleno de simbolismos y contenido teológico. Tradición Aunque la leyenda no deja en muy buen lugar al género femenino, hay que verla desde su contexto histórico, fi nales de la edad media. Dirigida a las gentes humildes del pueblo, resalta los prodigios del icono y contribuye a captar la atención de los devotos. Cuentan que en Constantinopla había una pintura de la Virgen atribuida a San Lucas que se considerada milagrosa, y que fue destruida por los turcos en 1453 cuando tomaron la ciudad. Dos siglos antes de su destrucción, un artista desconocido inspirándose en aquella imagen, pintó un magnífi co icono que se veneró en una iglesia de la Isla de Creta hasta mediados del Siglo XV. En este siglo, un acaudalado comerciante cretense robó la imagen a la que se le atribuían prodigios milagrosos y la llevó a Roma. En ruta se desató una violenta y temible tormenta. El comerciante tomó el cuadro, lo sostuvo en lo alto, y pidió socorro. La Virgen le escuchó y calmó la tempestad llevando a salvo a la embarcación hasta el puerto de Roma. Allí el comerciante cayó


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