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BOLETIN OBSERVACION TECNOLOGICA 53

tecnologías emergentes Fig. 4. Modelo CAD 3D de la EGBU-16. (Fuente: http://www.3dcadbrowser.com). Fotografía de la espoleta FMU-152A/B. (Fuente: http://www.kaman.com). detonación. En el caso de los blancos aéreos es usual que no exista impacto sino una distancia de paso o misdistance y la activación de la espoleta se consigue generalmente por sensores de radiofrecuencia (RF) o láser en función de la proximidad o de otros factores como el tamaño del blanco. En el caso de blancos terrestres, puede interesar que la espoleta efectúe la detonación a una cierta distancia sobre el terreno o con un determinado retardo para que la explosión se produzca cuando se ha logrado una cierta penetración. Asimismo, especialmente en el caso de blancos terrestres, es fundamental que el ángulo de impacto sea el adecuado. Un ejemplo actual es la FMU152A/B, programable en vuelo y empleada en una gran variedad de bombas, como por ejemplo la bomba de alta precisión EGBU-16 (Paveway II o GBU-48), evolución de la bomba balística MK83, con capacidad de guiado dual láser/GPS. Con todo ello, la eficiencia de una cabeza de guerra, junto con la espoleta que da lugar a su detonación, no sólo depende del diseño y flexibilidad de uso en cada caso, sino que, las condiciones geométricas y cinemáticas bajo las que se produce la explosión o condiciones de llegada, son también determinantes. Los parámetros fundamentales a considerar son: • La distancia al blanco cuando se produce la detonación: ya sea por diseño como en el caso de cabezas HEAT o por distancia de paso como en las de varilla continua. • La velocidad: una velocidad demasiado elevada puede producir que la envoltura de la bomba se rompa antes de que se produzca la detonación, una velocidad demasiado lenta, puede producir que no se obtenga la penetración esperada. • El ángulo de impacto: determina el contorno sobre el que se van a proyectar los fragmentos de una detonación o la capacidad de penetración contra un blindaje. Para determinar las condiciones de llegada, es necesario emplear simulaciones de la trayectoria para integrar las ecuaciones del movimiento, que en función de las necesidades de cada caso concreto, pueden realizarse con mayor o menor complejidad. Una vez conocidos los parámetros de influencia en la efectividad de un arma, se requiere implementar una determinada metodología para computar u obtener un resultado. A partir de los anteriores parámetros y de la vulnerabilidad del blanco, se define un criterio de daño y se obtiene el concepto de área o volumen letal. Se entiende que el área o volumen letal son una porción del espacio, tales que si la detonación se produce cuando el blanco está en su interior, se consigue el nivel de daño esperado. Sin embargo, es posible que no siempre que un blanco se encuentre dentro del volumen letal quede neutralizado o se consiga el nivel de daño esperado o incluso que bajo el mismo escenario, en ocasiones el blanco sea neutralizado fuera del volumen letal. Del mismo modo que cuando se consideran disparos sucesivos de un cañón de artillería fijo contra el mismo blanco, se observa una determinada dispersión, en el lanzamiento de un misil contra el blanco no existen dos trayectorias idénticas. Al analizar los parámetros dependientes del misil con una marcada influencia en la trayectoria del mismo, se puede constatar que presentan una distribución estadística dependiente de las tolerancias de fabricación. Pero estos parámetros no siempre responden claramente a una distribución dependiente de las tolerancias de fabricación ni son fácilmente cuantificables. Por ejemplo, en el ensamblaje manual de los componentes de una bengala se puede observar la influencia de las cantidades de mezcla pirotécnica en mecanismos de iniciación o impulsores, granulometría o tamaño de grano, prensado, hendiduras o marcas realizadas con punzón, etc. Por otra parte, no sólo presentan una gran influencia los parámetros de fabricación sino también muchos otros factores inherentes al propio entorno, desde la variación de las propiedades atmosféricas a las diferentes técnicas de combustión de una mezcla pirotécnica o de un propulsante, etc. En definitiva, debe ser aceptado el hecho que no es viable realizar modelos y cuantificar todos los parámetros que pueden influir en la trayectoria de un determinado proyectil mediante un método determinista y es necesario recurrir a la estadística para valorar este fenómeno, ya que aunque algunos de los parámetros de influencia puedan ser muy similares o incluso idénticos, es imposible que todas las condiciones se repitan en dos lanzamientos sucesivos, aunque éstos tengan los mismos valores nominales. Así, para evaluar la eficiencia de un arma en un escenario concreto y frente a un blanco determinado deben realizarse consideraciones estadísticas y considerar el mayor número de parámetros posible para establecer una probabilidad de éxito o Probalibility of Kill (PK). Las técnicas de simulación empleadas para obtener las condiciones geométricas y cinemáticas son especialmente apropiadas para implementar métodos estadísticos. Un método muy extendido es el método de Montecarlo, que permite realizar multitud de simulaciones variando las condiciones iniciales de los parámetros de influencia en función de una determinada distribución estadística a la que supuestamente responden, de modo que al cabo de un determinado número de simulaciones, pueden obtenerse valores estables con cierto nivel de confianza. Fig. 5. Esquema de lanzamiento de un misil antitanque desde un UAV. El análisis de Montecarlo para lanzamientos a baja cota es relevante también para lanzamientos de misiles del tipo MANPADS. (Fuente: propia). Boletín de Observación Tecnológica en Defensa n.º 53. Primer trimestre 2017 11


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