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MEMORIAL DE INFANTERIA 75

MISCELÁNEA 109 ocupados en los regocijos, cada uno a un mismo tiempo que señalaron, pegase fuego a la casa de su amo por alto y bajo, y lo mismo hiciesen en otras de otros vecinos, que ellos harían lo mismo en casa del Subaxi y en el Palacio del Emperador. Esto así concretado, no lo encomendaron a perezosos, porque el día concertado a cosa de las nueve de la noche, parecía toda la ciudad de Constantinopla, mirada desde fuera un cuerpo de luminaria, según andaba listo el fuego saltando de unas en otras casas, hasta la mezquita mayor, una de las mejores, hermosas y más ricas fábricas del mundo, (…). Era tan grande la confusión de aquellos perros, y tanta la prisa que daban los Bajaes a los ciudadanos Turcos y Judíos, que acudiesen al remedio de la gran mezquita y Palacio, que por acudir a ello, se quemaron otras dos mezquitas de famosa fábrica y más de cuarenta mil casas con todo lo que había dentro, y me contó un Judío, que casi los más vecinos, en lugar de socorrer sus casas y haciendas, salían huyendo al campo, y estos fueron discretos, porque la mayor parte de los que acudieron al socorro, los cercó el fuego, y los hizo ceniza». El golpe de mano a la Armada turca. Pero no estaba segura la huida de los españoles cautivos, por lo cual el ingenio, iniciativa, la improvisación y valor del soldado español se manifiestan con toda intensidad, para bien de los cautivos que pretendían evadirse de la esclavitud del Turco. «Había en el puerto más de doscientos vasos de guerra y de mercaderes, y viendo el fuego acudieron a socorro, dejándolos casi solos y estando en la parte de la mar escondidos el alférez Bustamante, Marcos de Pinto y casi todos los cómplices, dijo Pedro de Chaves, extremeño: “Esos perros andan medrosos y confusos; demos en el Armada y abrasémosla”; al punto lo pusieron en ejecución, y metiéndose en la barca que el Gran Turco tiene en la puerta falsa del Palacio que está sobre la mar para su recreo, dieron en una galera, donde entraron con facilidad, por haber poca gente en guarda de ella y de los forzados, y acudieron unos a desherrar a los forzados Cristianos, y otros a matar a los que no lo eran, se alzaron con ella, saltando en las demás y haciendo mismo con facilidad y casi sin ser sentidos, porque las voces y ruido de la ciudad lo encubría todo. Habiendo hecho esto y dado libertad a los Cristianos de las galeras, se repartieron en cuatro galeras más de dos mil Cristianos de diferentes naciones, con las cuales y con barcas en que saltaron algunos para el efecto, con las bombas y artificios que tenía prevenidos para la jornada, pegaron fuego a las demás galeras y a todo el resto de la Armada, sin que escapase de abrasarse un solo vaso». EL ESCAPE Y LA EXFILTRACIÓN «Viendo pues el alférez Bustamante cuan bien se había negociado, a toda priesa, remando el que más podía salieron del puerto sin ser impedidos de las centinelas y guardas de los castillos y baluartes porque entendían se salían huyendo del fuego, y en especial, viéndolas con la claridad el fuego de la Armada y de la ciudad, ser galeras Turquescas de las prevenidas para la jornada. Escaparon de esta forma del puerto, dando infinitas gracias a Dios, y se encaminaron para Malta, no dejando en el camino enemigos a quien no diesen en caza, pues cuando llegaron a vista de Malta, se había hecho Armada de treinta velas, que habían venido tomando por el camino en diferentes pasos, de forma que pusieron en cuidado al Gran Maestre y a los ciudadanos della,…». El balance de la operación. La acción llevada a cabo contra los turcos tuvo una gran trascendencia pues los cautivos impidieron el ataque a Sicilia y causaron grandes estragos en Estambul. Batalla entre galeras cristianas y turcas D. Pedro Téllez-Girón y Velasco. III Duque de Osuna


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