BIBLIOGRAFÍA 127 No deja en el tintero una cualidad esencial para cualquier organización militar, pero en particular para la Infantería. Podemos llamarla solidaridad, espíritu de Cuerpo, cohesión, o todo junto, pero es algo que no está tan garantizado como se cree. Consiste en dar la vida para no dejar en la estacada a sus compañeros o a su líder, como hace Cristóbal de Olea, cuando: «A Hernando Cortés le tenían ya asido y engarrafado un escuadrón de mexicanos para le llevar a sacrificar, y le habían dado una cuchillada en la pierna, y el buen Olea con su ánimo muy esforzado peleó tan valerosamente, que les quitó de su poder a Cortés; y allí perdió la vida este animoso varón, que agora que lo estoy escribiendo se me enternece el corazón». Apreciamos esa solidaridad en el hecho de que Alvarado (responsable de la matanza más famosa), cuando mandaba una expedición para descubrir «por la banda de poniente a la China o Malucos» (ese era el «nivel de ambición»): «E ya que estaban para hacer a la vela el vino una carta que le envió un Cristóbal de Oñate, que estaba por capitán de ciertos soldados en unos peñoles que llaman de Cochistlán … que le vaya a socorrer con su persona y soldados, porque está cercado en partes que si no son socorridos, no se podrá defender de muchos escuadrones de indios guerreros y demasiadamente esforzados … Pedro de Alvarado vio la carta … luego sin más dilación mandó apercibir ciertos soldados que llevó en su compañía». En esta acción moriría el terrible y extraordinario capitán que fue Alvarado, tras confesarse y recibir los santos sacramentos, pues la religión es parte inherente a esta expedición, siempre presente en el ánimo de los protagonistas, muy notablemente en Cortés. Esto nos lleva a la idea de prolongación de la Reconquista, de misión; mentalidad bien arraigada en los españoles de entonces, destacada por Bernal. El contraste con la religión de los indígenas es manifiesto, con tres puntos en los que el choque cultural alcanza su punto álgido: sacrificios humanos, idolatría, y sodomía. Es el primero de ellos el que mayor indignación causa en los españoles y da pie a algunas de las escenas más espeluznantes. Ni que decir tiene que los sacrificios facilitaron en gran medida la simpatía y el apoyo de los pueblos sometidos que proporcionaban las víctimas, algo que solo la fuerza y el temor sostenían. Ayer como hoy. Pero primero había que demostrar en combate suficientes capacidades para hacer creíble el desafío a los aztecas, algo que se conseguía mediante la victoria. Los protagonistas son españoles, porque así se consideran a sí mismos. Sobraría la aclaración, pero es importante recordar que en gran medida el nacionalismo se nutre de mitos inventados posteriormente, que muchos hoy creen de buena fe. Como botón de nuestra, el castellano Bernal aduce como antecedente para sus derechos los repartos realizados por «el rey Jaime I», sin especificar que solo lo fue de la Corona de Aragón. La verdadera historia seguirá siendo leída, admirada y valorada, pero no igualada. No es un libro para una lectura apresurada. Pero cuando tengan tiempo suficiente, dedíquenlo a leerlo. HYBRID WARFARE. FIGHTING COMPLEX OPPONENTS FROM THE ANCIENT WORLD TO THE PRESENT Murray, Williamson; y Mansoor R., Peter Cambridge University Press, Nueva York. EE.UU., 2012, 335 págs. La guerra híbrida, como en cualquier otro tipo de conflicto, contiene elementos permanentes y otros dinámicos, y por tanto leer este volumen colectivo avalado por dos prestigiosos editores –Murray que no necesita presen- HYBRID WARFARE. FIGHTING COMPLEX OPPONENTS FROM THE ANCIENT WORLD TO THE PRESENT
MEMORIAL DE INFANTERIA 75
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