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MEMORIAL DE INFANTERIA 75

ENSEÑANZA, INSTRUCCIÓN, ADIESTRAMIENTO Y EVALUACIÓN 69 los campos, en un terreno adecuado tácticamente. Un terreno que permita plantar un obstáculo particular en distancia y que pueda ser batido adecuadamente, además de disponer de avenidas de aproximación y campos de tiro y observación desde los cuales la Unidad puede progresar apoyándose en sus fuegos y en su maniobra. Es importante que estas posiciones posibiliten el fuego real dentro de la misma, la realización de un asalto y limpieza de la posición de una manera real, donde poder comprobar efectos y que el combatiente pueda recibir sensaciones reales. Dentro de los límites de la seguridad, que siempre debe estar presente en la instrucción, es importante poder emplear todos los medios y capacidades de la Unidad. Permitir emplear de manera real, granadas contrabunker, Morteros, el uso del lanzagranadas del fusil o empleo de munición explosiva. Este aspecto es difícil de mantener; y para garantizar el buen uso por parte de las Unidades, en beneficio del adiestramiento, debemos buscar el equilibrio entre la seguridad, el apropiado mantenimiento y empleo de las instalaciones y la ejecución de ejercicios reales, adecuados para la instrucción de la Unidad. Trabajar en diversas técnicas básicas del infante. Las carencias de diversos materiales como son el uso de material explosivo, demuestran un vacío en la instrucción del combatiente. La realidad, es que el trabajo con explosivos se ha abandonado, bien por falta de material en los créditos anuales de munición de las Unidades, bien por limitaciones y restricciones en su empleo. Los materiales y las técnicas que empleamos han quedado obsoletos; el resto de Ejércitos de nuestro entorno disponen de modernos sistemas de iniciación y trabajan con cargas y material explosivo moderno. Practican sus procedimientos y comprueban sus efectos; es el propio infante quien debe experimentar como emplazar una carga para abrir una alambrada a diez metros de un pozo, o poder abrir un obstáculo en el momento que mejor conviene a la situación, de manera apropiada y efectiva. Igualmente ocurre con el empleo de la granada de mano. Las posibilidades para poder emplear este material son limitadas en cuanto a lo táctico se refiere. Desarrollamos procedimientos con supuestos concernientes a este material. Obviamente, su uso en la instrucción debe estar muy controlado, pero cierto es que existen maneras de poder implementar este área, como son las granadas STUN o aturdidoras. Integración de todas las áreas de la instrucción. En la instrucción de la Unidad no nos centramos únicamente en un área, sino que intentamos fomentar el aprovechamiento de los recursos para poder optimizarlos junto con los medios disponibles. Por lo tanto, se considera adecuado desarrollar jornadas en diferentes campos de la instrucción, tales como tiro de combate, Close Quarter Battle (CQB), tratamiento táctico de bajas en combate, combate en subterráneos, o en zonas urbanas; sin embargo, se debe trabajar para conseguir la integración de todas estas áreas en el combatiente. Los escenarios actuales son cambiantes, no sirve que un soldado lleve su equipo preparado de una manera para combatir en una zona urbana y al tener que asaltar una posición de trincheras en los arrabales de la misma, tenga que parar y organizar su equipo o modificar su material. De la misma manera, no sirve la instrucción en una técnica que con munición simulada se ejecuta sin problemas, si a la hora de ponerla en práctica con munición real no resulta igual de efectiva o directamente no se puede ejecutar. La experiencia confirma que el conocimiento de muchos procedimientos, que no se llegan a dominar, y la variación del equipo y las técnicas individuales dificultan la automatización de instintos y la mecanización de procedimientos en el soldado. La realidad es que la mayoría de las Unidades no disponen de todo el tiempo necesario para dominar todas las técnicas actuales, ni todos los procedimientos; por eso se destaca la eficiencia del tiempo de instrucción y el buen criterio a la hora de elegir cuáles son las más idóneas, teniendo en cuenta la casuística y supuestos tácticos en los que una Unidad va a verse involucrada. CONCLUSIONES Estas jornadas de asalto se confirman como una gran oportunidad para la Unidad. Se plantean como una ocasión para que los cuadros de mando se junten y pongan en práctica los procedimientos que utilizan con sus diferentes Secciones y Pelotones, concretamente, para el adiestramiento en el combate convencional, base principal de los conceptos tácticos de la Infantería. El éxito de estas jornadas reside en esta oportunidad de poder reunirse y probar de primera mano los procedimientos de la Unidad, exponiendo un espíritu crítico, que permita la puesta en común de sensaciones y la propuesta de mejoras tanto en actualización de nuestras TTP,s como en la modernización del equipo y empleo de los materiales.


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