101 asuntos no se resuelven, la confianza en las instituciones se desvanece. Si las normas y procedimientos resultan equívocos, la administración de la justicia fracasará y la gente estará absolutamente confusa. Por ello, el gobernante debe ser capaz de expresar cualquier cosa que conciba y, una vez claramente expuesto, llevarlo a la práctica. Cuando abordamos el tema de la comunicación, no debe haber nada disperso o impreciso en la narrativa de los gobernantes». Confucio (551-479 a.C.) antecede a lo que Julián Marías, en su Historia de la filosofía, considera «una nueva fase de la filosofía en Grecia» que no es, si no el nacimiento de la filosofía política, cuando «a la preocupación por el mundo sucede la preocupación por el hombre... Ahora, el hombre cae en la cuenta de que se ha de hacer cuestión de quién es él... así aparece en primer plano la figura del hombre que habla bien, del ciudadano, y el interés del ateniense se vuelve a la realidad política, civil y, por lo tanto, al hombre mismo»14. Ya, en ese nacimiento surge la dialéctica que acompañará siempre a la filosofía política. «Se mueve la sofística en un ámbito de retórica. Se trata de decir las cosas de modo que convenza, de decir bien. No importa la verdad, y por eso es una falsa filosofía. Frente a esto, Sócrates 470-399 a.C. y Platón 427-347 a.C. reclamarán el bien pensar, es decir, la verdad. Además, es algo público, dirigido al ciudadano; tiene, pues, una clara tendencia política. Y, por último es una paideía, una pedagogía, la primera que propiamente existe»15. Confucio sin duda se adelanta a la filosofía occidental y establece los ejes básicos del pensamiento político, donde la armonía es el centro de gravedad de la estabilidad, la paz y la concordia, ―ausente en su época―, y que es el foco de su enseñanza. «2.1. El Maestro dijo: “quien gobierna con ejemplaridad es como la estrella Polar, que permanece fija en su lugar mientras los demás cuerpos celestes giran respetuosamente alrededor de ella”». «2.3. El Maestro dijo: “si usas medidas legales y coercitivas, alienarás la sociedad que se volverá astuta y perderá la honestidad. Lidéralos con ejemplaridad y cohesiónalos por la cultura y la educación, y desarrollarán el sentido de la integridad y de la participación». 14 MARÍAS, Julián. Historia de la filosofía. Alianza Editorial, 1941, 16ª edición 2016, Madrid, p. 68. 15 Ibidem. P. 69. bie3 ŽŶĨƵĐŝŽLJĞůŵƵŶĚŽƋƵĞǀŝĞŶĞ /ŐŶĂĐŝŽ:͘'ĂƌĐşĂ^ĄŶĐŚĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϮϰͬϮϬϭϳ ϭϬ
BOLETIN IEEE 6
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