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1064 Singapur, Malasia, Birmania, etc.) para asegurarse quintacolumnistas que en un primer momento divulguen un discurso prochino y, llegado el caso, sean susceptibles de ser movilizadas atendiendo a las directrices del gigante asiático. El caso de Irán es aún más palmario, en la medida en que se sirve de organizaciones de larga trayectoria como Hezbollah (a conjugar con el carácter autoatribuido de Teherán como paladín de la causa chií en el mundo) para tejer su propia GZ. Pero en otros casos se puede observar que ni siquiera es imprescindible contar con esa afinidad étnica, lingüística o religiosa entre el Estado que busca generar una GZ y los proxies con los que va a contar para explotarla. En esta línea, algunos expertos consideran que las «Primaveras Árabes» constituyen una muestra aceptable de GZ, esta vez en beneficio de agendas occidentales47. En este caso, como es notorio, sin que existan afinidades como las arriba señaladas. Sin ánimo de exagerar la importancia de la preparación de tales zonas grises por parte de algunos Estados occidentales, el ejemplo es pertinente, como mínimo, a modo de hipótesis razonable de trabajo. Entre otras cosas porque también es posible que otros actores (estatales, en combinación con sus proxies) desarrollen la misma estrategia en suelo de esos Estados occidentales. Así, pues, los actores no estatales pueden contribuir a la creación de zonas grises en beneficio de la estrategia de ciertos Estados. Pero se ha discutido hasta qué punto pueden ser, por sí mismos, los planificadores de una GZ (esto es, en su propio beneficio). No es una hipótesis descabellada. En este caso, es conveniente analizar el rol de las organizaciones terroristas. Algunos expertos se han opuesto a considerarlas en términos de GZ aduciendo que sus prácticas denotan, más bien, un empleo expansivo y brutal de la violencia, citando ejemplos como el genocidio al que Boko Haram somete a una parte de la población nigeriana. Este argumento parece sencillo: GZ y terrorismo son conceptos incompatibles, debido a que el terrorismo es demasiado «Black»48. Sin embargo, otros autores consideran que la naturaleza de los actores no es el factor decisivo y que los grupos terroristas pueden (suelen, de hecho) emplear 47 Tesis sostenida por Mazarr, op. cit., p. 91. En el fondo, la Doctrina Gerasimov –que contiene muchas intuiciones propias de la GZ– apareció para denunciar este tipo de prácticas por parte de Occidente, en territorios que deseaban desestabilizar sin implicación directa (al menos en sus primeras fases), sino empleando agentes locales (vid. Charles Bartles. «Getting Gerasimov Right». Military Review (January- February), 2016, pp. 30-38). 48 BRANDS, op. cit., 2016, p. 1. bie3 ,ĂĐŝĂƵŶĂĚĞĨŝŶŝĐŝſŶĚĞůĐŽŶĐĞƉƚŽͨ'ƌĂLJŽŶĞͩ;'Ϳ :ŽƐĞƉĂƋƵĠƐYƵĞƐĂĚĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞ/ŶǀĞƐƚŝŐĂĐŝſŶ ϬϮͬϮϬϭϳ ϮϬ


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