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398 Afganistán es una sociedad predominantemente agraria en la que conviven diversos grupos étnicos divididos entre una mayoría de suníes y una presencia minoritaria de chiitas. Sin embargo, el conocimiento de estos datos por sí solo es insuficiente para comprender la verdadera complejidad de este sistema. El «terreno humano» de Afganistán debe entenderse a través de su historia y de los efectos de las grandes conmociones que continúan reverberando a día de hoy en aquel país. Conmociones históricas como «El Gran Juego» o la guerra contra los soviéticos han ayudado a forjar la moderna dinámica social y política de Afganistán. Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos hoy no son sino micro-conflictos surgidos en el periodo en que ocurrieron estos dos acontecimientos. La tierra, el agua y las pugnas por el poder local están en el origen de muchos de ellos. Según Foley, «si la causa fundamental de los conflictos que causaron tal devastación en Afganistán se pudiera resumir en una sola palabra, probablemente sería “tierra”»21. Otro factor de gran importancia ha sido el conflicto entre la autoridad formal y los poderes fácticos, sean tribales o religiosos. El siglo XX afgano puede entenderse como una pugna constante entre el poder político formal, empeñado en reformar el país, y las fuerzas tradicionales encarnadas por los líderes religiosos y tribales, empeñadas en frenar cualquier cambio. La lucha entre muyahidines y comunistas no será sino el penúltimo capítulo de esta guerra; y los talibanes, en su momento, sus vencedores finales. El conflicto actual es, en parte, prolongación de aquél. Junto a estos problemas seculares, la droga ha emergido como un nuevo factor generador de conflictos. Tanto los enfrentamientos internos entre facciones dentro del gobierno, como muchos de los surgidos entre el gobierno y la insurgencia, derivan a menudo de la competencia por el acceso y el control sobre la industria de los narcóticos, cuya eficiencia y robustez es evidente. Las redes que se forman alrededor de este negocio son complejas, perdurables y eficaces incluso bajo presión extrema; la experiencia ha demostrado que tanto el gobierno afgano, como la OTAN no deben subestimar el potencial de este problema para desestabilizar al país en su conjunto. 21 Dado que Afganistán tiene una economía predominantemente agrícola, la tierra es el fundamento de toda riqueza. La alternativa es la pobreza. Existen tres problemas principales en relación con la tierra que actúan como generadores de conflictos: disputas por la propiedad, rechazo estatal a reconocer la titularidad y el uso de la tierra. FOLEY, Conor. «Housing, Land, and Property Restitution Rights in Afghanistan», en LECKIE, Scott (ed.). Housing, Land, and Property Rights in Post-Conflict United Nations and Other Peace Operations: A Comparative Survey and Proposal for Reform. Cambridge University Press, 2011. bie3 >ĞĐĐŝŽŶĞƐĂƉƌĞŶĚŝĚĂƐĞŶĞƐĐĞŶĂƌŝŽƐĐŽŵƉůĞũŽƐ͎͗ĞƐƉŽƐŝďůĞĂƉƌĞŶĚĞƌĚĞůĂƐ ŽƉĞƌĂĐŝŽŶĞƐĚĞĞƐƚĂďŝůŝnjĂĐŝſŶ͍ :ĂǀŝĞƌZƵŝnjƌĠǀĂůŽ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϰϭͬϮϬϭϳ ϭϲ


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