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577 los productos de inteligencia, esta (la inteligencia) pierde su sentido último, ayudar a reducir la incertidumbre y mejorar el proceso de toma de decisiones. Lo que propicia que esta profesión se confunda con otras adyacentes basadas en la investigación. Por tanto, entender la relación existente entre quienes producen inteligencia y quienes la consumen será un esfuerzo muy útil no solo para profundizar en el estudio de la inteligencia sino también para mejorar su desempeño profesional. Curiosamente, a pesar de que el análisis de lo que se entiende por fallo de inteligencia debería constituir la premisa de partida en cualquier organización de inteligencia, con el fin de establecer unos límites claros que permitan adecuar expectativas generadas a capacidades propias, y en último término definir con claridad la relación entre consumidores y productores de inteligencia, tradicionalmente este tipo de análisis se ha centrado en estudios a posteriori sobre la depuración de responsabilidades ante sorpresas estratégicas, usos indebidos, abusos y escándalos y en general de todas aquellas situaciones que se alejan de lo esperado y que generan material suficiente que permiten un análisis pormenorizado de casos aislados con el fin de determinar quién debe asumir la responsabilidad de tales acontecimientos y cómo mejorar las estructuras en las que estos sucesos han tenido lugar. Sin embargo, esta aproximación es a todas luces insuficiente y necesita ser revisada, máxime cuando estamos hablando de dos cuestiones que constituyen el inicio y el fin en el desempeño del trabajo en inteligencia. De hecho, tanto los productores como los consumidores de inteligencia, independientemente de la organización en la que se encuentren, deberán tomar conciencia unos de los otros en un primer momento, definiendo las reglas del juego con el fin de reducir el impacto de los llamados fallos de inteligencia, pero también para poder contextualizar las expectativas vertidas sobre la producción de inteligencia a la realidad, enlazándolas con las capacidades propias y optimizando así su desempeño3. La inteligencia no puede llegar a todos los lados, sea cual sea la organización en la que se lleve a cabo y los intereses a los que sirva (ya sean públicos o privados), los recursos de los que disponga serán limitados. En este sentido, será de algún modo la coordinación entre productores y consumidores de inteligencia la que mejore la forma de cubrir las necesidades de información y en última instancia, con el tiempo, la que 3 TENET, George.«The CIA and the Security Challenges of the New Century». International Journal of Intelligence and Counterintelligence, Vol. 13, N.º 2, 2000, p. 137. bie3 >ĂĞƐĞŶĐŝĂĚĞůĂŝŶƚĞůŝŐĞŶĐŝĂ͗ŚĂĐŝĂƵŶĂĐŽƌƌĞĐƚĂƌĞůĂĐŝſŶĞŶƚƌĞƉƌŽĚƵĐĐŝſŶLJ ĐŽŶƐƵŵŽĚĞŝŶƚĞůŝŐĞŶĐŝĂ 'ƵƐƚĂǀŽşĂnjDĂƚĞLJ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϱϮͬϮϬϭϳ ϰ


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