2018 HISTORIA Y HUMANIDADES 31 Éste era hermanastro de Pedro El Cruel, a quien asesinó, y se coronó como rey de Castilla. Pedro era hijo legítimo del rey Alfonso XI el Justiciero, rey de Castilla–León, (1312-1650), casado con María de Portugal. Había nobles que no aceptaban de buen grado la toma del trono por parte de un bastardo, puesto que Enrique era hijo de doña Leonor de Guzmán, concubina del rey Alfonso XI. Ansioso éste de afianzar a los de su linaje al frente del reino, otorgaba a sus fieles y seguidores bienes y beneficios, por lo que fue conocido como Enrique El de las Mercedes. Su hijo Juan I de Castilla, padre de D. Fernando, ideó casar a su hijo mayor, llamado también Enrique, con Catalina de Lancaster, nieta del rey asesinado, hija de Constanza y del duque de Lancaster, para así unir las dos ramas en litigio. Pero por si acaso este heredero no engendraba un hijo con la heredera de la rama legitimista, el hermano segundo, es decir el Infante Don Fernando, no contraería matrimonio hasta que se viese asegurada la sucesión al trono con un hijo de la pareja. Con este matrimonio, por primera vez, unos herederos al trono son jurados como Príncipes de Asturias. Se instituyó al modo de los ingleses, a cuyo príncipe heredero se le juraba como Príncipe de Gales. Al morir Enrique III El Doliente (llamado así por su mala salud) su hijo, el heredero, tenía dos años. En su testamento ordenó que fueran sus tutores, su madre y su tío el Infante Don Fernando (lo fue desde 1406 a 1412). Éste hizo oídos sordos a los que querían que se alzara con la corona, vista la minoría del rey, manteniendo la lealtad a la voluntad de su fallecido hermano. Don Fernando empezó su gobierno dando muestras de madurez y experiencia al llevar las riendas de la corte castellana. Pero continuó con la campaña contra los moros. Como debía desplazarse hacia el sur para continuar sus defensas de la frontera, el gobierno del reino se dividió en dos mitades, correspondiéndole la zona meridional del mismo, desde el sur de la sierra de Guadarrama hasta el reino nazarí de Granada. Según nos relatan las Crónicas de Juan II, Don Fernando dudaba, desde su campamento en Córdoba, qué entrada hacer en tierra de moros. Mandó llamar a todos los Grandes para tener su consejo. Unos opinaban que debía entrar en Baza, otros que debían ir a Gibraltar y otros que debían cercar Antequera que estaba muy próxima y era muy buena villa, y vistas las razones de unos y otros decidió ir a poner sitio sobre esta ciudad. Ésta era la puerta de entrada del reino nazarí de Granada. Fernando, acompañado del obispo de Palencia, Sancho de Rojas, dio comienzo a la campaña en 1407, arrebatándoles distintas plazas. Antequera estuvo cercada más de 5 meses y la tomó el 16 de septiembre del año 1410, festividad de Santa Eufemia. Los musulmanes se rindieron entregando como símbolo las llaves de la ciudad a la corona de Castilla. Los habitantes que sobrevivieron a aquella gran batalla, abandonaron la antigua medina árabe para trasladarse al reino de Granada, asentándose, parece ser, en el barrio que hoy se llama la Antequeruela, y que sigue siendo en la actualidad un laberinto de callejuelas. Cuando Fernando tuvo que volver a Castilla, dejó como alcaide de la ciudad a su criado Rodrigo de Narváez. Al morir el rey de Aragón y Cataluña Don Martin I, en mayo de 1410, sin sucesión directa y sin haber designado él mismo un sucesor, quedó el trono vacio, con cinco aspirantes. Hay que recordar la historia, en estos tiempos, y saber que Martin El Humano, rey de Aragón y Cataluña, era hijo de Pedro IV el Ceremonioso, había nacido en Gerona y fue el último rey de la dinastía de Barcelona, inaugurada por Wilfredo el Velloso. Aunque la dinastía de sangre se extinguiese, el título de conde de Barcelona era uno de los que ostentaba el rey de Aragón y siguió siendo heredado por los sucesivos monarcas de este reino. Se reunieron las Cortes de Cataluña, Aragón y Valencia, acordando los parlamentarios, por la llamada Concordia de Alcañiz (febrero de 1412) confiar la elección del nuevo rey a nueve compromisarios, tres por cada territorio. San Vicente Ferrer fue elegido por Valencia. El fruto de esta reunión fue el llamado Compromiso de Caspe, (24 de junio de 1412) por el que subiría al trono el Infante Don Fernando, de los cinco aspirantes iniciales a ocuparlo. El 28 de junio de 1412 San Vicente Ferrer leyó la sentencia del Jurado. Había conseguido, en la votación, la unanimidad aragonesa, la mayoría de los representantes valencianos, y la minoría de los catalanes. Como se ha escrito, fueron las regiones más apartadas del poder, hasta entonces, las que decidieron la evolución de la monarquía. Don Fernando había nacido en Medina del Campo el 27 de noviembre de 1380, era hijo de doña Leonor de Aragón, hermana de Martin I, sobrino por tanto, del fallecido monarca aragonés, su padre, como ya hemos dicho, era Juan I de Castilla. El Infante estaba casado con su tía, doña Leonor de Alburquerque, llamada la “Ricahembra de Castilla”, la poseedora del mayor rebaño de la Mesta (una fusión de agrupaciones de pastores y ganaderos que gozaba de grandes privilegios). Era muy importante el poder económico de la Mesta, por ello, los caudales de doña Leonor podían ayudar a la economía de Aragón. Fue un punto más a tener en cuenta para su elección, la riqueza de su mujer y su prestigio personal. De su matrimonio nacieron siete hijos. Después de ser elegido como sucesor al trono de Aragón, abandonó la corte castellana, pero no renunció a la tutoría de su sobrino, con gran disgusto por parte de su cuñada, que le había prestado los dineros para defender su derecho a la sucesión, pensando que con ello, se libraría de su tutoría; pero no fue así , sino que nombró en su lugar a varios consejeros de su confianza: Juan de Sigüenza, Don Pablo de Cartagena, Don Enrique Manuel, conde Montealegre y Don Pereafán de Ribera, adelantado mayor de Andalucía. Don Fernando se desplazó desde Cuenca a Zaragoza, donde juró los fueros y las libertades aragonesas.
BOLETIN INFORMATIVO DE SANIDAD MILITAR 33
To see the actual publication please follow the link above