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T R O P A S D E M O N T A Ñ A en la EMMOE, el que capacita específicamente para este come-tido. Esta formación, como es lógico, sigue una metodología de dificultad progresiva, siendo el fin último que los alumnos sean capaces de planear y ejecutar a su nivel operaciones en montaña. Se trata de una formación eminentemente técnica, dirigida a la adquisición de los conocimientos y experiencia que permita moverse y vivir en la montaña con el objetivo final de poder llevar a cabo operaciones en la misma. En periodo estival in-cluye la superación de todo tipo de obstáculos; técnicas, pro-cedimientos y habilidades de escalada en todas sus modalida-des, así como la instalación de pasos semi-permanentes. En el periodo invernal, marcado por la presencia del manto nivoso, son las técnicas de esquí y las específicas de progresión en te-rreno nevado los contenidos fundamentales. Además de esta formación en terreno montañoso, el análisis de los conflictos actuales ha puesto de manifiesto la necesidad de adiestrar a nuestras unidades en ambientes de frío extre-mo, independientemente de las características del relieve (re-cogido este concepto en la doctrina OTAN ). Es evidente que las condiciones meteorológicas de la montaña invernal caen completamente dentro de este ámbito. De esta forma, se ha incorporado al curso de montaña, como una competencia fun-damental, la adquisición de conocimientos necesarios para vivir, moverse y combatir en zonas climáticas de frío extre-mo. Toda esta formación técnica no tiene otro objetivo que estar en condiciones de planear y ejecutar operaciones en montaña. 22 / / Revista Tropas de Montaña Los ejercicios tácticos ejecutados durante el Curso de Monta-ña están orientados a que el alumno emplee las técnicas ad-quiridas, de forma que la capacidad de movimiento y de per-manencia en terreno montañoso, así como el conocimiento del medio, proporcione una ventaja definitiva en el combate en montaña. De esta forma, el mando que supera el curso cambia su enfoque, en el sentido de que en lugar de considerar la mon-taña como un terreno que dificulta las operaciones, lo percibe como terreno lleno de oportunidades para el cumplimiento de la misión encomendada. No obstante, no solo se trata de la adquisición de una serie de conocimientos, la montaña exige más. Así, el liderazgo, el arro-jo y el compañerismo, imprescindibles para mandar estas uni-dades, son exigidos y valorados en todo momento y durante cualquier tipo de práctica. Estas aptitudes y actitudes serán indispensables para poder cumplir una misión o garantizar la supervivencia de su unidad en las peores condiciones. Es de LXXIII CM. Marcha Balneario Panticosa LXXIII CM Ordesa reseñar que en muchos casos el Curso de Montaña es la prime-ra experiencia de los mandos una vez superada la enseñanza de formación, lo cual marca, si cabe aún más, el carácter y la personalidad de los futuros líderes de las unidades de mon-taña. El curso aporta los conocimientos, habilidades y experiencias para que el personal que lo supera pueda mandar unidades que operen en montaña y zonas de frío extremo. Los resulta-dos de este aprendizaje son enormes. La gran mayoría de los alumnos parte de un conocimiento mínimo o incluso nulo de la montaña, para finalizar nueve meses después con una for-mación sólida, que lógicamente mejorará con el paso por las propias unidades de montaña y la adquisición de la tan impor-tante experiencia en este medio. No cabe duda que se trata de un curso muy demandante, en el que el ritmo de aprendizaje y exigencia física son muy altos, por lo que es habitual que no todo el personal que lo inicia sea capaz de obtener el ansiado título. Angel Alberto Prado Barez Cte. jefe del departamento de montaña de la EMMOE LXXIII CM. Rescate organizado


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