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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 132

JOSÉ ANTONIO OCAMPO ANEIROS «S.M. el Rey, atendiendo a los servicios del contralmirante Beránger, y muy especialmente a los méritos que ha contraído en la campaña de Cuba como comandante general del apostadero de La Habana, vengo en concederle, a propuesta del capitán general de dicha isla Blanco y de acuerdo con el Consejo de Ministros, la Gran Cruz del Mérito Militar designada para premiar servicios de guerra». A su regreso a la Península se hizo cargo de la capitanía general del departamento marítimo de Cádiz (1882), en relevo del vicealmirante Luis Hernández Pinzón; y en Sanlúcar de Barrameda, frente a la dársena, el 19 de marzo de 1882, recibió a las infantas doña Isabel y doña Paz, quienes habían llegado embarcadas en el vapor de ruedas Vulcano para visitar La Carraca. En 1883 el rey Alfonso XII lo nombra senador vitalicio. Trasladado al Senado el discutido proyecto naval de Antequera-Moret (1885) —el de los ocho acorazados—, se encontró con la enérgica oposición de Beránger, quien propuso un plan alternativo —el de los cruceros—. Los acontecimientos posteriores (crisis ministerial de 13 de julio de 1885) llevan a Pezuela al Ministerio, pero por poco tiempo, ya que los problemas que acuciaban al país (Carolinas, muerte del rey) y el cambio de gobierno, en el que aparece otra vez Beránger con sus nuevas ideas, forzaron la retirada del proyecto y su parálisis, lo que derivó en la dimisión del ministro juan Bautista Antequera, decepcionado por no poder dar forma a su proyecto de potenciar las fuerzas navales a flote. Ministro de Marina por tercera vez (27 de noviembre de 1885) A la muerte del rey Alfonso XII, el 25 de noviembre, y de conformidad con el pacto de El Pardo, firmado al día siguiente, se constituyó un gobierno liberal con Práxedes Mateo Sagasta al frente, el primero de la regencia de María Cristina, quien le apoyaba. Beránger, senador del Reino y recién ascendido a vicealmirante, ocupa el cargo de ministro por tercera vez, relevando al también vicealmirante Manuel de la Pezuela, cuyo paso por el cargo fue fugaz. La derecha de este gobierno la formaban Alonso Martínez, Gamazo, jovellar y Camacho; en la izquierda estaban Montero Ríos, Beránger y Moret. Sagasta y Venancio González representaban al partido liberal. La caída de Pezuela dejó en manos de Beránger la decisión de elegir entre las tres firmas que se presentaban al concurso en que se dirimía qué astillero había de construir el crucero de primera clase Reina Regente (19). (19) El ministro Pezuela había mostrado interés en disponer de un crucero de 4.500 toneladas, convocando un concurso al que se presentaron tres firmas: las británicas G. Thompson & Co. de Clydebank, en Glasgow (Escocia), y Napier & Miller (Inglaterra), así como la francesa Forges et Chantiers de la Mediterranée. Beránger se decidió por la escocesa, valorando la gran autonomía que se presentaba en el proyecto (12.000 millas), lo que le permitiría llegar a Filipi 20 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 132


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