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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 331

misiones internacionales pañol. Desde los colegios de secundaria llegó hasta la Universidad donde se impartieron cursos de larga duración y de verano. Muchas poblaciones se interesaron por esta iniciativa: Blagaj, Citluk, Mostar, Nevesinje, Trebinje, Bileca… El éxito del Programa Cervantes en Bosnia impulsó a la Brigada Paracaidista a implantarlo en Kosovo un año más tarde. Los cursos duraban un mes y se impartían en los colegios del área de responsabilidad española (Istok, Rakos, Banja, Djurakovak, Dobrusa, Suvo Grlo, Subi Lukavac, Zac…), siempre limitados a 35 alumnos por centro ya que los oficiales y suboficiales que formaban el profesorado no tenían más tiempo libre al margen de su misión puramente militar. Para ello, contaron con el apoyo de intérpretes y del Equipo de Apoyo Psicológico que les proporcionó las pautas psicopedagógicas necesarias para llevar a cabo su labor. A Afganistán, el programa llegó en 2005. Allí se llevó a cabo en dos ámbitos de actuación diferentes, uno de ellos a nivel local, a cargo del contingente español en el instituto de Qala-i-Naw, y otro que se desarrolló en colaboración con el Departamento de Español de la Universidad de Kabul. Antes de comenzar las clases en este último emplazamiento, los militares españoles tuvieron que acondicionar las aulas, deterioradas por efecto de los bombardeos. De manera voluntaria realizaron labores de albañilería, electricidad, pintura, cristalería, fontanería… Incluso los gastos de estas reparaciones fueron sufragados por los miembros de las Fuerzas Armadas. Estas actuaciones en la Universidad no estaban propiamente relacionadas con el Programa Cervantes pero tuvieron los mismos efectos para la población que inspiraron esta actividad: incrementar el conocimiento y la confianza hacia las tropas españolas. También al margen del Programa Cervantes, la enseñanza del español llegó en 2005 a Irak como parte del proyecto Averroes y tenía como principal objetivo mantener un intercambio cultural entre España e Irak. Y, actualmente, en Gabón, el destacamento Mamba imparte clases en el Instituto Djuoué de Liberville y a militares del ejército gabonés. Para desarrollar este trabajo, cuenta con la colaboración de la Embajada de España en ese país. Elena Tarilonte Jorge Mata El Programa Cervantes se puso en marcha en Bosnia-Herzegovina en 1999 y facilitó el entendimiento entre las tropas españolas y la población de la zona. ser segura. Ante esta situación, la Brigada Paracaidista Almogávares VI allí desplegada pensó que si lograban comunicarse con ellos, podrían ayudarles más y mejor. Así surgió el Programa Cervantes, una de las actividades culturales más destacadas que, desde entonces, desarrollan las agrupaciones militares españolas en misiones internacionales. El nombre lo eligieron los propios militares, en recuerdo al autor del Quijote en cuyo lugar de nacimiento, Alcalá de Henares (Madrid) tiene su sede la Brigada. El Cervantes arrancó con 400 alumnos de las comunidades croata, musulmana y serbia y, un año más tarde, ya eran 1.000 los interesados en aprender a hablar es- Un militar del destacamento Mamba imparte clases de español en el Instituto Djuoué de Libreville, en Gabón. EMAD


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